Benzema, Marco (Asensio) y Vinicius se convirtieron en un BMV (permitan la licencia de cambiar una W que todos pronunciamos como V) blanco que chilló ruedas sobre el maltrecho césped del Santiago Bernabéu. No siempre fue a 150 km/h el equipo de Ancelotti, pero hundió el pie sobre el acelerador con el paso de los minutos hasta que quiso gustarse y exhibirse con un acelerón que atropelló al Valencia.
La autovía por la que voló el Real Madrid fue, sin duda, la izquierda de su ataque. Vinicius pareció olvidarse de otros temas y encontró un carril libre que no dudó en monopolizar. Por ahí empezó el primer gol, por ahí llegó el segundo y por ahí sufrió de lo lindo un rival que pagó muy caro el peaje de no poner barrera en esa autopista.
El Madrid aunó, esta vez, buen juego y efectividad, algo, esto último, que no encontró ante la Real Sociedad. Tuvo gasolina para aguantar todo el trayecto y supo cuando tenía que gastar más combustible para evitar llegar en reserva, como frente a los de Imanol Alguacil, al momento clave y final del partido.
Modric y Ceballos también merecerían una inicial en nuestro coche. El croata, solo por el pase que le regaló a Asensio a los tres minutos. El '10' firmó un pase de 10 para dejar solo al '11', que se precipitó y se topó con Mamardashvili al rematar con la derecha en el área. Fue un inicio animado el que se vivió, ya que el VAR estuvo examinando una posible roja a Samu Castillejo por una entrada sobre Camavinga que, finalmente, quedó en nada. Y solo se llevaban cinco minutos.
Un Valencia decente se salva
El Valencia se salvó varias veces. Las tuvo el Madrid en varios acelerones que le llevaron hacia el área casi haciendo saltar los radares 'che'. Benzema reinventó el taconazo que le dio Guti (precisamente estaba comentando el partido), pero Asensio se topó con la gran acción de un defensa visitante. Fueron varios los zagueros que, en el área, fueron sin miedo al suelo para evitar más de un tanto blanco.
Volvía a poner la velocidad de crucero durante unos minutos el equipo de Ancelotti, pero volvió a avisar por medio de Vinicius en el 28'. Benzema le encontró en el área, a su izquierda, y el brasileño le pegó de primeras, raso y sin demasiada fuerza para que Mamardashvili blocase sin problemas.
A veces, con esto de los coches y las carreras, ocurren accidentes. Militao tuvo uno en el 36' y Benzema, otro en la segunda. Ambos ya tienen sus partes amistosos y deberán esperar a ver qué dicen las pruebas para saber si sus lesiones en la ingle y el cuádriceps, respectivamente, les dejan un tiempo en el taller. Por el central entró Carvajal, mientras que en el 60', sería Rodrygo el que le diese el relevo a Karim.
Antes del descanso, el partido se calentó. Como la típica discusión entre conductores estresados y presionados por el reloj. Hubo un par de roces en uno de los mejores momentos del Valencia, que había incomodado al Madrid con varias salidas rápidas al contragolpe y varios córneres que no se aprovecharon.
Sin embargo, llegó a marcar el equipo local, pero el Valencia se volvió a salvar. Rüdiger cabeceó un centro al fondo de la red después de que su remate rozase el palo de Mamardashvili, pero Alberola Rojas, tras consultar la repetición, señaló falta de Benzema a Yunus Musah. El galo le dio un toque con su mano en la cara al valencianista y eso le costó el gol a su equipo.
Los de Voro volverían a librarse en el arranque de la segunda mitad, aunque ya sería la última vez. Gabriel Paulista taponó el remate de Benzema tras un buen control de pecho, acción que precedió al acelerón definitivo de un BMV blanco que terminó por dejar muy atrás a su rival.
4 minutos muy 'a lo Madrid'
¿Qué es eso de 'a lo Madrid? Arreones y cascadas de ataques rápidos y directos hacia el área que suelen desbordar al rival. Eso hizo el cuadro 'merengue' en el 52'. Se ajustó el cinturón, reguló el espejo y decidió que ese coche naranaja que le iba persiguiendo a rebufo se perdiese en el horizonte de su retrovisor.
Kroos encontró a Vinicius por la izquierda y este no atinó a darle el pase preciso a Benzema, que esperaba en el área. Pero el francés recicló la acción y combinó, en el pico contrario, con un Asensio que sacó el cañón a que le diera el aire. Zapatazo marca de la casa y 1-0 al marcador. Mamardahsvili no pudo hacer más que mirar. El coche pareció desatascarse del todo solo dos minutos después. Benzema, en campo propio, le metió un balón al espacio a Vini por la izquierda. Se fue de Gabriel con un toque demasiado largo, o eso parecía, pero llegó a la pelota para batir al portero como mandan los cánones: flojito, con el interior y por bajo.
Pero no, aún no había terminado de volar el Madrid. Modric también puso el intermitente para pasarse a ese carril izquierdo que parecía que tenía menos tráfico y, tras toparse con Mamardahsvili en su remate, cedió a un Karim que sigue sin volver a besarse con el gol. De nuevo un defensa fue al suelo para mandar a córner, en el 56', lo que olía a tercer gol en solo cuatro minutos.
Fue entonces cuando los locales, tras el segundo accidente en forma de lesión que sacó al '9' del campo, decidieron frenar. Y el Valencia, que se quedó con diez en el 72' por una patada sin sentido alguno de Gabriel Paulista a Vinicius, lo agradeció. El '20' no quería irse a casa sin probar de nuevo la velocidad del costado zurdo, algo que no le gustó al central.
Ya en superioridad numérica, solo apretó el Madrid en los minutos finales. Asensio rozó el doblete en el añadido con dos intentos desde fuera del área, mientras que Valverde se había encontrado poco antes un paradón de Mamardashvili junto a la cepa del palo. Camavinga, que volvió a ser lateral, también propició alguna que otra llegada que acabaron en un tiro suyo al lateral de la red o en acciones muy desviadas de Tchouaméni. También lo intentó Rodrygo, de falta directa, mientras el Bernabéu coreaba el nombre de Ceballos y le pedía su continuidad.
El pitido final confirmó el triunfo de un equipo que deberá ponerse los parches necesarios tras las lesiones para afrontar el encuentro ante el Mallorca y, sobre todo, el Mundial de Clubes. Por su parte, Voro no dejó mala impresión en su enésimo primer partido en el banquillo. Esta, claramente, no era la carrera de un Valencia que debe centrarse en otros objetivos.