No hay lugar para la tristeza en Anoeta si Kubo y Barrenetxea están sobre el campo. La Real Sociedad cuajó un choque muy completo e incluso se saboreó la victoria. Sin embargo, en los instantes finales, Mingueza fue ese 'villano' que trastocó la alegría 'txuri urdin', que ya se estaba saboreando los 3 primeros puntos del curso.
El comienzo del choque no dejó ningún dominador claro. De hecho, fue un auténtico intercambio de ocasiones entre ambos conjuntos, que pudieron ponerse por delante en el marcador. Primero fue Carlos Fernández, en el 2', con un cabezazo que detuvo Iván Villar. Prácticamente, después, Larsen chutó cruzado, pero el esférico no encontró portería.
Poco a poco, la Real dio un paso adelante que le permitió dominar a su rival. Fue cuando Kubo comenzó a entrar en juego de manera crucial. Tuvo en sus botas el 1-0 en el 14, pero un defensor se cruzó en su camino. No obstante, superado el ecuador de la primera mitad, el nipón iba a tener su gran momento de gloria.
Control fantástico del japonés, que dribló a su marcador y metió un centro medido al segundo palo donde apareció libre de marca Barrenetxea. El '7' remató de cabeza a placer y puso el 1-0 en el electrónico.
No le sentó nada bien este tanto al Celta, que se vio superado por una Real muy cómoda y que se marchó al descanso con la ventaja en el marcador.
El conjunto dirigido por Rafa Benítez dio un paso adelante al comienzo de los segundos 45 minutos y se lanzó a por el empate. Fue Bamba el primero en tener nunca clara ocasión. Sin embargo, su trallazo fue repelido por Remiro.
La Real perdió protagonismo y le dio más espacios a su rival, aunque este no fue capaz de generar el suficiente peligro como para poner en aprietos a los locales.
Iago Aspas, con sus revoluciones que habitualmente le caracterizan, se echó al equipo a la espalda y empujó en busca del 1-1. Sin embargo, el de Moaña no estuvo demasiado afortunado de cara al gol.
El encuentro entró en la recta final y la Real pasó de dominar a ser dominada. Los nervios llegaron al banquillo 'txuri urdin', que vio como el Celta llegaba cada vez con más peligro al arco.
Remiro se armó de valor y se mantuvo fuerte para mantener con vida a su equipo. Pero sus buenas intervenciones a lo largo de todo el choque se vieron opacadas en el tiempo añadido.
Mingueza se encontró una pelota muerta en el área chica tras el disparo de Aidoo y mandó el esférico al fondo de la red en el minuto 94 para desesperación local. Ortiz Arias decretó el final de los 90 minutos y ambos conjuntos firmaron el reparto de puntos.