Real Sociedad y RCD Mallorca se enfrentaban en el segundo partido de la jornada 10 de Primera División. En los instantes previos al choque, los jugadores locales ofrecieron la Copa del Rey ganada el curso pasado a los aficionados que se congregaron en el Reale Arena.
Los locales buscaban, como mínimo, un punto, que les sirviera para terminar la jornada como líderes en solitario, ante los aplazamientos de los partidos de Real Madrid y Atlético de Madrid. Mientras, el Mallorca confiaba en rascar algo de uno de los campos más complicados de visitar en toda la categoría.
Hechas las presentaciones, lo cierto es que lo visto sobre el terreno de juego hizo honor a lo vivido anteriormente en el Levante-Getafe. Una tarde de fútbol, la del regreso tras el parón de selecciones, que se puede catalogar perfectamente de soporífera, con una jugada final en San Sebastián que evitó vivir un regreso sin goles.
Desde el primer momento quedó claro que se trataría de un partido donde lo físico primaría por encima de la calidad individual y los detalles técnicos. El primer tiro del partido llegó en el 16', tras un buen taconazo de Januzaj que dejó el balón a Robert Navarro, pero el disparo de este último se marchó alto.
Los minutos fueron pasando, las faltas sucediéndose y no había apenas noticias de las parcelas ofensivas de unos y otros. Pasada la media hora Mikel Merino hizo estirarse a Reina tras un balón al corazón del área que el meta malagueño desvió a saque de esquina.
El momento caliente del choque llegó en los instantes finales del encuentro. Primero, por un gol anulado a Isak, que estaba en claro fuera de juego, y posteriormente por la expulsión a Aihen Muñoz.
El jugador 'txuri-urdin' ya había sido amonestado en el minuto 14 tras una entrada a destiempo sobre Kang-In Lee. Cuando los vestuarios asomaban en el horizonte, una acción con los mismos protagonistas, e igual de justa, terminó con el '12' local expulsado. Pañolada del antiguo Anoeta, y a recargar pilas.
Los pupilos de Imanol habían llevado el peso del partido durante toda la primera mitad, algo que iba a cambiar radicalmente tras el entretiempo. En este caso, fueron los bermellones los que asumieron la posesión del esférico dada su superioridad numérica. Eso sí, las ocasiones seguían brillando por su ausencia.
En el 54' González Fuertes anuló el segundo gol del encuentro, en este caso a Ángel por una clara mano justo antes de mandar al fondo de la red el cuero con un buen zurdazo.
A partir de aquí, ambas escuadras entraron en una especie de trance perenne del que ninguna parecía tampoco querer salir. Centrocuentismo, posesiones estériles y la sensación en el ambiente de que mejor pájaro en mano que ciento volando.
Sin embargo, lo que terminó volando fue, en el tiempo añadido, el punto que ya estaba camino de las Islas Baleares. El canterano Lobete recortó dentro del área y se sacó un buen derechazo que pilló a contrapié a Reina. El meta llegó a tocar el balón, pero no pudo evitar el 1-0 y la locura de un equipo que se veía contra todo pronóstico con tres puntazos que valían un liderato.