El Atlético de Madrid es un equipo que nos ha acostumbrado a que, en multitud de ocasiones, se piense que es un auténtico martillo pilón. Un equipo incansable, insaciable y que nunca deja de creer. Eso, a veces le sale bien y, otras tantas, no. Sin embargo, en esta nueva edición de la Champions League, los rojiblancos le dieron la vuelta a la situación, generaron ilusión y acabaron clasificándose entre los 8 primeros de forma directa a los octavos de final. Objetivo cumplido y sobresaliente para el Cholo Simeone y sus pupilos.
Lo hizo por la puerta grande, con una goleada pasmosa ante el Salzburgo en la última jornada y, lo que es aún mejor, con una sensación de superioridad aplastante ante un equipo eliminado y que no consiguió meterle mano a su rival en ningún momento del encuentro. No obstante, y como el propio técnico argentino se encargará de repetir hasta la saciedad en las próximas semanas, esto no deja de ser un paso más y abogará por el partido a partido. Más si cabe, cuando sus posibles rivales en dicha ronda podrían ser Manchester City, Bayern de Múnich, Celtic o nada más y nada menos que el mismísimo Real Madrid. Tremendo lo de esta Liga de Campeones.
El Atlético no tardó en demostrarlo. En el minuto 5 y tras unos primeros compases del choque de dominio absoluto, Julián Álvarez recogió un rechace y se la cedió a Giuliano, que cruzó la pelota ante Schlager y puso el 0-1 en el marcador. Fue el primer tanto del argentino en Europa.
Siguió golpeando el conjunto rojiblanco, que se aprovechó de los espacios que le estaba dejando su rival atrás, sobre todo, con rápidas llegadas por ambas bandas. Así llegó el 0-2, con un balón al espacio para Giuliano, que le ganó la posición a su marcador, se la picó al portero, que salió a por uvas y se la dejó en bandeja a Griezmann, que entró desde atrás y solo tuvo que empujarla para aumentar la renta de los visitantes.
El partido de los del Cholo estaba siendo perfecto. Sin errores ni indecisiones y con la sensación de que su rival tenía que hacer mucho más si quería, al menos, dejar un ligero rasguño a los 'colchoneros'. Eso sí, el Atleti bajó su ritmo intenso y continuo y abogó por el control, sin perder de vista la portería contraria, pero poniendo pausa y cabeza al desarrollo del choque.
Poco a poco, el Salzburgo fue ganando terreno, pisando más el área del rival y tratando de reaccionar a su mal comienzo. Oscar Gloukh fue el que más peligro llevó en sus botas, aunque ninguno de sus acercamientos pudo inquietar a un Jan Oblak hasta el momento desapercibido. Entretanto y en el filo del descanso, Griezmann pudo firmar su doblete con un chut a la media vuelta, pero Schlager metió un buen pie abajo para desviar la pelota. Eso sí, no es de perdonar dos veces el francés, pues en el añadido de la primera mitad, colocó el 0-3. Contragolpe de los rojiblancos, pase perfecto de Lino al desmarque del '7', que remató cruzado y nada pudo hacer Schlager para evitar el tanto.
Pese a que salió con otra cara el Salzburgo en la segunda mitad, el Atlético siguió metiendo el miedo en el cuerpo. Así, nada más comenzar el segundo acto, Giuliano se guisó un contragolpe perfecto, pero, esta vez, Blank replegó a la perfección y acabó mandando la pelota a saque de esquina.
Pese a ello, los austriacos salieron con otra cara en la segunda mitad y gozaron de sus mejores minutos sobre el césped. Daghim pudo recortar distancias, pero Oblak se mostró imperial para acabar forzando el mal remate del delantero.
Bajó el ritmo del encuentro una vez se llegó a la hora del partido. Simeone fue dando entrada a los recambios y dosificando al equipo. Estos salieron aún con más ritmo y ganas y lanzados en busca de un nuevo gol que aumentase la renta. Así, y cuando más imprecisiones parecían cometer los del Cholo, el cuarto subió al electrónico. Otro contragolpe perfecto de los rojiblancos, que movieron la pelota de un lado a otro y el esférico le cayó a Llorente dentro del área y el '14' la cruzó al palo largo de Schlager para poner el 0-4.
Quería más el Atleti, sobre todo, en los pies de los menos habituales este curso. Quisieron demostrarle a su entrenador que estaban listos para cualquier oportunidad, por mínima que fuese, y se lanzaron a por la 'manita'. Eso sí, se tuvo la sensación de que el Atlético podía hacer lo que quisiera con el Salzburgo, que se jugaba a lo que los del Cholo querían y que en cualquier momento se podía seguir aumentando la fiesta.
El partido entró en su recta final y con todo visto para sentencia. Sin embargo, el Salzburgo le quiso dar una mínima alegría a su afición y logró el gol del honor. Un tanto que supuso el primero que se anotaba en el Red Bull Arena en este torneo este curso. Saque en largo de Schlager que pilló a la defensa del Atleti descolocada. Daghim le pegó a bote pronto, pilló a Oblak adelantado y marcó un golazo para el definitivo 1-4.
Punto y final a una Fase de Liga que pudo acabar en desastre para el Atlético de Madrid y que ha acabado siendo sobresaliente. Ahora, otro duro escollo para los de Simeone, que tienden a crecer en las grandes citas y, pese a jugar con el viento en contra, siempre salen a navegar. Con coraje. Con corazón. Como el Atleti.