La Semana Santa guardó para el Viernes Santo un regalo envenenado. El paso siguió su rumbo ante la felicidad de los presentes hasta que dos martillazos lo echaron todo a empatar para tristeza de unos y alegría de otros.
El Celta se sumó a la épica remontándole un 2-0 al Sevilla en cuatro minutos (2-2) en el duelo que abrió la jornada 28 en Primera División. Youssef En-Nesyri y Marcos Acuña dieron esperanzas a José Luis Mendilibar, Miguel Rodríguez y Gonçalo Paciencia provocaron el silencio sepulcral en Nervión.
Pape Gueye metió la gamba
El reparto de puntos lo celebraron más los visitantes, que vieron cómo jugarían con uno más durante 70 minutos. Pape Gueye tuvo sus más y sus menos con Renato Tapia y vio la primera amarilla, Pape Gueye le dio un pisotón a Iago Aspas en un lance y recogió la segunda cartulina. Pizarro Gómez no se lo pensó dos veces: pasaporte antes de tiempo y a la ducha.
De hecho, el Celta no se adelantó en el luminoso, porque la mismísima Macarena apareció en el cuerpo de Loïc Badé. Hugo Mallo sirvió un centro desde la derecha, el mago de Moaña dejó pasar el cuero en un gesto endiablado y Haris Seferovic se lamió, pero el central francés se antepuso para salvar a los suyos.
Aerolíneas En-Nesyri S.L.
Sin embargo, el nuevo Sevilla de José Luis Mendilibar no se empequeñeció, todo lo contrario. Antes de llegar al descanso, Suso abrió la lata que se bebió Youssef En-Nesyri. El zurdo de categoría sirvió una delicia y lo demás fue historia. El marroquí alzó el vuelo con su propia aerolínea, superó a su par y cabeceó directo a las mallas ante el intento inútil de Iván Villar. 1-0.
Tras el paso por los vestuarios, el Celta se hizo grande e intentó meterse en el partido a raíz de los cambios de Carlos Carvalhal. Luca de la Torre aportó frescura en tres cuartos de campo junto a Óscar Rodríguez ante la baja por sanción del príncipe Gabri Veiga. Aunque no era suficiente, los hombres de negro mostraron una versión que podía despertar la inquietud del Ramón Sánchez-Pizjuán.
Marcos Acuña, la Virgen
Lo que nadie se esperaba es que el cascarón del 'huevo' iba a romper el asunto más allá de la roja que vio posteriormente. Marcos Acuña no tuvo otra cosa que hacer que ampliar distancias con un cañonazo de categoría. El argentino recuperó en campo rival, levantó la mirada, calculó la trayectoria y mandó el esférico a donde mandan los cánones. 2-0 y todo a favor, pero esto es fútbol. Hasta los tres pitidos no te puedes fiar ni de tu sombra.
La oscuridad se iluminó en la figura de Gonçalo Paciencia. El delantero hizo jugar a los suyos con doble referencia en ataque hasta que se marchó Haris Seferovic. El portugués mandó un primer aviso a la madera tras el pase de la muerte de Iago Aspas que no se esperó Marko Dmitrovic. No obstante, un '9' de verdad te falla una, no dos.
'Afouteza e Corazón'
El lema de los cien años de historia en Balaídos es claro: 'Afouteza e Corazón' -valentía, valor, osadía, coraje y corazón-. Dando credibilidad al sentido común, los dos últimos los puso Miguel Rodríguez. El canterano gallego se estrenó como goleador en Primera División con un sutil e inteligente remate con la izquierda que entró por el palo del meta rival.
Los tres primeros intangibles los puso Gonçalo Paciencia, quien se marcó 'un En-Nesyri'. El luso hizo de su cabeza un ejército de aficionados en busca de la épica y esta llegó con el 2-2 final, que enmudeció la parroquia hispalense. Debut que sabe a poco de José Luis Mendilibar como local, confirmación de que el Celta de Carlos Carvalhal no es ninguna broma. Más bien, un milagro.