Oportunidad perdida

En el mundo del fútbol y en la vida en general siempre hay que aprovechar las oportunidades cuando se presentan. Este domingo, en el Ramón Sánchez-Pizjuán, ni Sevilla ni Leganés fueron capaces de aprovechar sus oportunidades para acercarse al objetivo. Una final por la salvación sin ganadores y con un mal sabor de boca para los dos.
El que salió mal parado fue el equipo de Borja Jiménez que, pese a rehacerse al gol de Isaac Romero, desperdiciaron en la recta final una ocasión clarísima que podía haberlo cambiado todo. Una acción de Diomande sin portería y un remate que se marchó de forma inexplicable fuera. Una jugada que puede marcar una permanencia o un descenso.
El Leganés sabía realmente lo que había en juego y salió muy mandón para intentar poner en aprietos a un Sevilla que para nada se lo esperaba. De hecho, los hispalenses se encontraron a los 7 minutos con un gol en contra marcado por un error de Nyland. Munir, con pasado en Nervión, lanzó un libre directo, la pelota botó justo delante del meta noruego y le superó por encima. 0-1 y nerviosismo en el cuadro andaluz.
Los de Joaquín Caparrós comenzaron con todo en contra y tuvieron que mejorar sus prestaciones para, al menos, empatar lo más pronto posible. Y así fue como Kike Salas, en una acción a balón parado, saltó más que nadie en el primer palo y cabeceó directo a gol. 1-1 y vuelta a empezar para los dos.
Ese hecho cambió por completo el encuentro. El Sevilla se mostró mucho más suelto y generó un mayor peligro sobre el área contraria. Lukébakio y Suso comandaron las tropas locales y Peque fue el encargado de avisar hasta en tres oportunidades a los de Borja Jiménez, que dieron varios pasos para atrás. Las tres se fueron al limbo y llevaron al lamento al catalán, que no tuvo su día.
Tras la reanudación, Lukébakio concentró todos los ataques rojiblancos en el área contraria. El belga lo intentó de todos los colores: por abajo, por arriba... La más clara fue tras realizar un magnífico control orientado a un pelotazo de Agoumé. Lo único que le faltó fue una mayor puntería porque Dmitrovic metió un pie milagroso para negarle el 2-1.
El que estuvo más acertado fue Isaac Romero, que salió como revulsivo para calmar los ánimos en Nervión y adelantar los días de fiesta hasta la llegada de la feria de la ciudad. El canterano culminó una gran combinación entre Álvaro García Pascual y un Juanlu Sánchez que le puso en bandeja el gol.
La euforia se desató en Sevilla y solo duró un minuto porque Javi Hernández llevó a la red una pelota medida de Chicco. 2-2 y silencio sepulcral en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El Lega no había ofrecido argumentos como para empatar, pero es lo que tiene el fútbol. A veces es imprevisible.
Un giro de guion que cambió por completo una película que pudo tener un desenlace totalmente diferente del ya conocido. De una intervención providencial de Dmitrovic a remate de Suso a un saque en largo del serbio que dejó solo a Diomande. El marfileño vio la salida de Nyland de su zona, se lo quitó de encima con un toque e incomprensiblemente falló lo que no se puede fallar. Su disparo no fue ni entre palos cuando lo tenía todo a su favor. Una oportunidad perdida. Los 'pepineros' se situaron a 4 de la permanencia, mientras que los hispalenses distanciaron el peligro hasta los 6 puntos.