Cualquier enfrentamiento entre dos de los equipos que copan los primeros puestos despierta siempre un especial interés; por tanto, tanto Tenerife como Zaragoza tuvieron claro desde el inicio que habría que realizar un denodado esfuerzo para llevarse los tres puntos en litigio.
Un buen ejemplo de este ambicioso propósito de ganar se produjo a los 3 minutos de juego con un disparo lejano de Toni Moya, pero Soriano se hizo con el control del balón sin problema alguno. Por parte tinerfeña, hubo que esperar hasta la recta final para inquietar a Álvarez con auténtico criterio.
Superada la media hora de juego, un disparo lejano de Roberto López rozó ligeramente en un defensor y casi le ocasiona un serio disgusto al meta, pero finalmente pudo solventar el peligro al desviar el balón a córner. En los instantes finales, también rechazó un envenenado disparo de Corredera.
De esta manera, concluyó una contendida primera parte, para reanudarse el juego 15 minutos después con unos conceptos tácticos bastante similares a los del inicio. Pero con la diferencia de que, en ese momento, se intuía la asunción de mayores riesgos tanto por parte de uno como de otros.
Después de 25 minutos en los que ninguno de los dos equipos fue capaz de generar ocasión alguna, llegó el tanto de Jair (m.69). Lo logró tras un lanzamiento de falta desde la izquierda que remató en el segundo palo. En primer lugar, la acción la rechazó Soriano, pero cayó de nuevo el balón en los pies de Jair, que, a placer, remató a la red.
Un manotazo de Ángel sobre un rival mermó el ataque local al acabar con el delantero en el vestuario. Pero esto no impidió que Tete dispusiese de una buena oportunidad para igualar, pero el poste derecho aragonés repelió el disparo del jugador insular (m.87).
En definitiva, máximo provecho para casi la única ocasión que dispuso el Zaragoza en un encuentro en el que su rival tinerfeño realizó méritos más que suficientes para no caer derrotado.