Berenguer le cierra las fronteras al Valencia

Por momentos, costó digerir lo de Mestalla. Faltó salsa para un bocado mucho menos jugoso de lo que sugiere normalmente un plato como un Valencia-Athletic. Los locales se jugaban unas opciones poco más que remotas para ir a Europa y los visitantes tenían ya la Champions en el bolsillo. Y claro, eso se notó. Fue un partido de los que se queda en la cola de los carruseles. Nadie miró a la Ciudad del Turia como muchos miraron a Las Palmas, Pamplona, Mallorca o Vigo.
Fueron mejores los de Ernesto Valverde, pero sin alardes. Sancet se mostró muy activo, pero su frescura no contaba con la que añaden los hermanos Williams. El riojano tuvo una clara ocasión en el minuto 4, pero chutó desviado en el área. Los de casa reaccionaron y tuvieron buenas ocasiones con un zurdazo de Luis Rioja que mandó a córner Unai Simón y un cabezazo de Barrenechea en ese saque de esquina.
En el 14', Sancet marcó, pero estaba en fuera de juego. Parecía tener más ritmo el partido del que tendría en adelante. De hecho, desde entonces hasta casi la media hora, apenas pasó nada en Mestalla. Guruzeta despertó a los asistentes de la siesta con un remate de espuela que se marchó desviado por pocos centímetros.
Antes del descanso, un par de disparos de Sancet y Ruiz de Galarreta fueron solventados por la defensa, con mención especial para Diakhaby. Pero también las tuvo el Valencia: Unai Simón repelió un testarazo del propio Diakhaby y Umar Sadiq remató por encima del larguero en el rechace. Y así se llegó al final del primer tiempo.
La segunda parte comenzó con una chispa que se perdió con el paso de los minutos. Nada más arrancar, Sadiq bailó a Vivian y se topó con Yuri cuando ya se disponía a rematar. Respondió casi de forma inmediata el Athletic por medio de Sancet, cuyo disparo desde la frontal repelió Mamardashvili con buenos reflejos. Y mejores fueron estos en el 52', cuando reaccionó a la perfección ante un cabezazo de Guruzeta.
Y llegó la nada. Durante los 20 minutos siguientes, y mientras la emoción recorría los distintos campos de España, en Valencia se abrían más bocas que ojos. Eso sí, la espera mereció la pena para ver el golazo de Álex Berenguer. Desde fuera del área, a unos metros de la frontal y casi en paralelo a la portería, soltó un derechazo con la potencia necesaria y el ajuste preciso para poner la pelota cerca de la escuadra izquierda de Mamardashvili. La pelota, tras dar en el larguero, se convirtió en el 0-1.
Quiso tirar de orgullo el Valencia para reaccionar, pero las energías y las ideas se habían agotado. De hecho, siguió siendo mejor el cuadro de Valverde, que pudo sentenciar en las botas de Unai Gómez, que chutó al muñeco en el área, e Iñaki Williams, que disparó flojo tras revolverse ante tres rivales. Pero ninguno acertó a mover un marcador que fue definitivo tras un pitido final que hace que ambos lleguen sin apenas nada en juego a la última fecha.