Diego Conde no es un portero al uso. De hecho, se sale de la normalidad. Por arriba y por abajo. No debe extrañarse si le resultan poco ortodoxas o inusuales algunas acciones del ex del Leganés, pero tampoco se sorprenda cuando haga intervenciones casi contranatura. Así es el héroe de la noche de un Villarreal que debe ser autocrítico si quiere estar a la altura de las expectativas que los resultados (que no la imagen) han instaurado en este inicio.
Los de Marcelino ganaron a Sevilla y Celta en el añadido. No se puede decir que merecieran más que sus rivales. Quizás tampoco menos, pero fueron victorias de las que deben mirarse con lupa. No cuadra demasiado ver al técnico asturiano en medio de partidos fuera de control, como, sobre todo, fue ante los vigueses. Hoy, en Mestalla, el vértigo ha sido menor, pero no porque su equipo estuviese dominando la situación.
En el otro extremo, se encuentra un Valencia al que, posiblemente, se le pueda aplicar todo lo contrario. Al menos hoy. Los de Baraja terminaron el choque volcados en el área contraria, pero esta circunstancia puede ser menos meritoria debido a la superioridad numérica. Sin embargo, la realidad es que la intención siempre fue más suya que ajena y las fases de dominio y ambición ya se habían visto antes de la roja a Pape Gueye.
Lo que sí le falta es concretar. De 'casis' y 'uys' está Mestalla llena. Luis Rioja y Jesús Vázquez fueron una pesadilla en la banda izquierda para el Villarreal, pero no sacaron tajada de tanto tajo. Al menos, directamente, porque indirectamente sí: por ahí llegó la jugada que desembocó en el córner del 1-0.
Tras unos minutos de tanteo, de ciertas alternativa y de una paulatina victoria a los puntos del Valencia, llegó el tanto de Hugo Duro en el minuto 24. El delantero recogió el despeje de Gueye en el primer palo tras un saque de esquina botado desde la izquierda y mandó la pelota a la red con un remate con la zurda. Hubo dudas por la posición de un Diego López que intentó tocar la pelota, pero que ni le dio ni estaba en fuera de juego.
Dice la lógica que si un equipo se adelanta, se espera la reacción del contrario. Sin embargo, lo que se vio fue el asentamiento de un conjunto 'che' al que no le pudo sentar mejor ese 1-0. Controló el balón y el partido, y solo permitió al Villarreal una tímida reacción en el 35' en un remate desviado de Ayoze Pérez tras centro de Kiko Femenía. Eso sí, ese control se perdería en la recta final.
Hugo Duro y Ayoze, con sendos remates que no llegaron a puerta, agitaron un choque que sí que cambiaría de signo al descanso gracias al ex del Betis. En el añadido, recibió, en la frontal del área, un pase de Comesaña, se acomodó la pelota con la derecha y, con la zurda, disparó. La pelota rozó en un defensa e hizo imposible la estirada de Mamardashvili.
Pico, pala y punto
La segunda parte dio paso a más de lo mismo. La posesión era local ante un equipo que sostuvo, lo más alto posible, el cartel de contemplativo. Acción-reacción fueron Valencia-Villarreal. Hasta la expulsión, porque después fue acción, acción, acción y más acción. Diego López y Hugo Duro le pusieron nombres propios a los primeros acercamientos peligrosos, con un disparo taponado y un casi remate en una posición ideal para marcar en el segundo palo.
Reaccionó el Villarreal con una triple y casi única ocasión de peligro. Tan clara fue como aislada. Ilias Akhomach, que entró al descanso por Parejo, se coló por la derecha hasta línea de fondo, desde donde le puso a Thierno Barry un pase de la muerte. De primeras, remató contra un Mamardashvili que salvó, a bocajarro, el gol. El rechace le fue a Yéremy Pino, aún en el área chica, pero su cabezazo fue a la testa de un jugador rival. Y por último, Sergi Cardona reventó el balón desde la frontal, pero lo desvió la defensa a córner.
Pepelu y Rioja avisaron antes de que, en el 68', la segunda amarilla a Gueye inclinase el campo hacia la portería de Diego Conde. Con una amarilla, el centrocampista, que tuvo un papel destacado en defensa, no debió deslizarse sobre el césped y trabar a André Almeida. Pero lo hizo. Y se fue antes de tiempo.
Pico y pala. Ese es el resumen del nuevo partido de unos 25 minutos que ahí empezó. La primera fue la que más cerca estuvo de convertirse en el tanto del triunfo. En el 70', Luis Rioja mandó un zurdazo al poste izquierdo del meta rival, que metió los puños un minuto después para sacar un zarpazo lejano de Pepelu. Hugo Duro y Rafa Mir, poco después, dejaron su intento plasmado en dos remates sin éxito.
Sí es cierto que, en este punto, se esperaba que se intensificase el dominio. Pero no. Hubo un pequeño respiro. Hasta el 89', Conde apenas tuvo que estar atento para anticiparse a un balón en largo en el área y tirarse para acompañar un disparo de Pepelu que no encontró portería. Pero antes de que se viese el añadido, empezó su 'show'.
En el 89', el portero del Villarreal voló para sacar un disparo a media altura de Sergi Canós, que había buscado el palo más alejado. Este había entrado en el 82' para agitar el partido. Y por poco no lo deshoja de tantos arreones. En el 93', el '7' volvió a disparar al mismo poste, aunque esta vez era el más cercano, y se topó con el guante de un Conde que, ni un minuto después, repitió actuación ante el mismo protagonista. Con bote incluido, se abalanzó sobre la pelota para cambiar gol por córner para desesperación de Mestalla.
Y ese fue el final de un partido que deja a los locales, pese a su mejor cara, con un solo punto de 12 posibles. Sin embargo, el Villarreal se va con más botín que mejor sabor. Ya son 8 los que acumula, por lo que vivirá el parón en la zona alta de la clasificación.