Una situación insostenible

Hay veces en que solo con fútbol no basta. La situación en Zorrilla es de película y no en el buen sentido de la palabra. Ni deportiva ni institucionalmente, los pucelanos no consiguen retomar el rumbo y este domingo tuvo un capítulo más de su ardua situación.
La temporada del Valladolid se pudo resumir en 50 segundos. Los que tardó el Getafe en resaltar las amplias carencias del conjunto blanquivioleta, principalmente, la defensa. Así, de un saque de banda sin apenas peligro, el cuadro azuló consiguió adelantarse en el marcador. Uche la peinó, André Ferreira midió mal y Arambarri, el máximo goleador del equipo, cabeceó a gol la pelota.
Dio un pequeño paso arriba el equipo local, tirando más de orgullo que de calidad. Consiguió llegar a las inmediaciones de David Soria, pero la sensación de peligro fue nula. Además, en defensa, siguió haciendo aguas.
El Getafe renunció a la pelota, pero eso no le impidió sentirse cómodo sobre el césped. Así pues, al filo del ecuador de la primera parte, los visitantes colocaron el 0-2. Cortó en profundidad Terrats y recibió un pase fantástico de Uche para definir en el mano a mano ante Ferreira. Y tuvo el 0-3, pero el meta se estiró ante el disparo cruzado de Arambarri y evitó males mayores.
Fueron pasando los minutos y la reacción del Pucela estaba lejos de llegar. Ni su jugador más carismático y de calidad como es Raúl Moro estuvo acertado. Un drama total. Algo que se acrecentó con la llegada del 0-3. La aguantó Uche, cedió a Bernat, que metió el centro con potencia al corazón del área para la llegada desde atrás de Terrats, que se anticipó a Aznou y mandó el esférico al fondo de la red para firmar su doblete.
La más clara del Valladolid estuvo en el tiempo añadido de la primera mitad. Fue con un remate de Mario Martín al primer palo, pero la pelota no cogió portería. Apenas un minuto después, el centrocampista se fue expulsado. Fue fuerte abajo, pero acabó golpeando con los tacos en la pierna de Juan Iglesias. Roja directa de manual. Con eso y una sonora pitada de Zorrilla, el Valladolid se fue al descanso con el peor resultado posible.
Salió con una mejor cara el cuadro local en la segunda mitad. De hecho, tuvo la más clara de todo el partido con un remate de Latasa que no cogió portería. En parte, todo fue porque el Getafe redujo una marcha, mostró respeto y no ahondó más en la herida.
No obstante, ni por esas pudo el Valladolid anotar un gol, que no llevó sensación de peligro alguna sobre la portería de David Soria. De hecho, en el banquillo se dio una de las imágenes de la temporada y que resume a la perfección la situación: Luis Pérez agredió a Latasa en el banquillo tras una discusión y se marchó al vestuario.
El partido entró en su recta final y el Getafe se animó a buscar el cuarto. Los cambios de Bordalás salieron con hambre y quisieron el suyo. Este llegó en el minuto 80 y por mediación de Domingos Duarte, que se aprovechó de la nueva salida en falso de Ferreira y cabeceó lo justo la pelota para mandar el esférico al fondo de la red.
Pudo ahondar más en la herida Mayoral, que colocó el 5º de manera momentánea, pero el tanto fue anulado por su posición adelantada. Poco después, Quintero González decretó el final del tiempo reglamentario y el Getafe volvió a la senda de la victoria, alejándose del descenso y, por qué no, soñar con Europa. Todo lo contrario que un Valladolid herido y casi muerto, a 14 puntos de la salvación y con una situación interna que no invita a creer en los milagros.