El Real Madrid de Mbappé y Courtois

El Real Madrid es ese trabajador cumplidor, que siempre da la talla pese a que la noche anterior se haya pasado con las copas. Algo similar se puede identificar con el conjunto blanco, que no acusó la resaca ni el cansancio tras la victoria en el 'euroderbi' ante el Atlético de Madrid y sacó adelante su partido con un ajustado triunfo ante el Villarreal, donde, una vez más, Kylian Mbappé y Thibaut Courtois fueron diferenciales para lograr los tres puntos.
Salió sin complejos el 'submarino amarillo' en los primeros compases del partido. Estuvo claro que todo el juego ofensivo de los de Marcelino iba a pasar por las botas de Baena, que buscó a Ayoze y el tinerfeño avisó a Courtois. Al igual que hizo a los pocos minutos después, obligando al belga a lucirse tras un disparo seco a la cepa del palo. Sin embargo, lo de la jugada siguiente ya no fue un aviso.
Saque de esquina cerrado al primer palo del Villarreal. No acertó a despejar la zaga blanca y la pelota, tras pegar en la espalda de Tchouméni, se quedó muerta. Foyth recogió ese rechace y, a bocajarro, mandó el esférico al fondo de la red para colocar el 1-0.
Se quedó grogui el Madrid tras el gol y eso lo pudo aprovechar el conjunto 'groguet', que siguió poniendo en aprietos a Courtois. Sin embargo, si se perdona ante un equipo como el de Ancelotti, lo acabas pagando. Mbappé jugó entre líneas con Brahim, que amagó a Diego Conde y le tiró la vaselina. El portero no picó y consiguió despejar la pelota. Sin embargo, el rechace le quedó franco al '9', que la reventó y colocó el 1-1.
El conjunto blanco dio un paso arriba tras el empate y acabó consiguiendo la remontada. La puso atrás Lucas Vázquez, no acertó a despejar Gueye y Mbappé, desde atrás, ajustó su disparo y mando la pelota al fondo de la red para colocar el 2-1 en el 23' y el doblete en su cuenta particular.
Mejoraron los de Ancelotti en defensa, aunque eso no supuso que el Villarreal dejase de acercarse a las inmediaciones del área. No le perdió la cara al partido y trató de aprovecharse de los espacios atrás, aunque la zaga blanca se mostró siempre muy atenta.
Al filo del descanso, los locales tuvieron la oportunidad de igualar el choque. Le llegó la pelota a Pépé en la derecha, se acomodó el esférico y buscó el palo largo, pero Courtois volvió a dejar una parada descomunal para sostener, una vez más, a su equipo en la Cerámica.
Los segundos 45 minutos arrancaron con un Villarreal propositivo y metiendo al Madrid en su propio campo. De hecho, Barry, que saltó al campo por Pépé, tuvo la primera y perdonó el empate tras un gran testarazo que se marchó fuera.
Los de Ancelotti trataron de quitarse esa presión de encima, pues los de Marcelino le presionaron muy arriba para recuperar cuanto antes la pelota. Buscó el italiano velocidad y control con la entrada de Vinicius y Modric, pero el asunto apenas mejoró.
Las llegadas de su rival se siguieron sucediendo, una tras otra. El Madrid achicó balones como pudo, aunque sí que estuvo afortunado en cuanto a las finalizaciones de los 'groguets', que no fueron del todo precisas. Ese fue el único pero que se le pudo poner a los de Marcelino esta tarde.
El partido entró en su recta final y todo estaba abierto. No arrojó la toalla el Villarreal, que siguió acumulando llegadas a la portería de su rival. Volvió a perdonar el empate Ayoze, que se quedó con una pelota suelta en el área tras el remate de Baena y, tras una gran maniobra, mandó alto su chut.
Entretanto, el Madrid pudo matar el partido al contragolpe. Balón al espacio para Vinicius, que apuró línea de fondo y la puso al segundo. Llegó Güler, que se la jugó en solitario y buscó el remate directo. Tenía a Mbappé de cara solo y el francés se cogió un buen rebote por no pasarle la pelota y desperdiciar la oportunidad de sentenciar y de lo que hubiese sido su 'hat trick'.
Gil Manzano decretó el final de los 90 minutos y el Madrid respiró aliviado, y descansado, tras sacar los tres puntos de un estadio que estaba gafado, donde solo había ganado en 2 ocasiones en las últimas 10 visitas. Eso sí, no se lo puso fácil el Villarreal, que acometió un bombardeo constante con hasta 23 tiros, 10 de ellos a puerta y obligando a Courtois a realizar hasta 9 paradas. Un día más, el belga y Mbappé se echaron el equipo a la espalda.