La batalla psicológica la comenzaron los alemanes. Max Meyer y Julian Pollersbeck se encargaron de arengar a los suyos: "Un poco de dureza alemana conseguirá que alguno de ellos pierda la ilusión".
Poco tardó el capitán de la Selección Española en contestar a estas palabras. Deulofeu sacó el guerrero que lleva dentro para animar a sus compañeros: "¡Todo lo que han dicho sobre nosotros, vamos a callarles, va!".
Se enfrentaban dos equipos muy igualados, por lo que cualquier detalle podía inclinar la balanza de un lado u otro. Los españoles se arropaban, señalando que tan sólo había una oportunidad para ser campeones.