El Chimy Ávila fue intervenido hace poco más de un mes tras romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, una lesión que cortó uno de sus mejores momentos como jugador profesional.
El argentino, apodado el 'Chimy' por la salsa chimichurri de su país, ofreció unas declaraciones a 'Marca' en las que explicó cómo está viviendo este difícil momento de su carrera: "Alguna vez tenía que llegar y más con la intensidad que juego yo siempre".
"Vivo cada partido como si fuera el último, me he encontrado con esta lesión y ahora tengo que mantener la cabeza fría. Van a llegar momentos mejores", añadió el jugador de Osasuna.
El rosarino recordó el momento de su lesión: "En el gesto ya sentí un latigazo. El primero en acercarse fue Adrián y le dije claramente que me había roto".
"Me escribió Roberto Carlos, me llamó Sergio Ramos para ofrecerme ayuda en la recuperación... jugadores que yo veía de pequeño por la tele. Eso me está dando más fuerza todavía", comentó el atacante ilusionado.
Además, tuvo tiempo de hablar sobre las ofertas que estaba recibiendo de otros clubes, que se cortaron de raíz con su lesión: "Yo enfocaba la cabeza en la salvación con Osasuna, no entraba en esa nube. Quizá mi representante ahora cuando vuelva me diga, tenías esto y esto... Hubo una persona que antes de cada partido me mandaba un WhatsApp y desde que me rompí ya no lo recibí más".
El Chimy reconoce que su progreso es lento, pero firme: "Puede haber días difíciles, pero no peores momentos. Como el día que salgo con mis hijas y no les puedo seguir el paso. Vamos despacio, pero a paso firme".
"Hice el mal muchas veces"
Con apenas 18 años, el argentino pasó de ser albañil a vender cartones por las calles de Rosario: "No hice el mal en algo concreto, lo hice muchas veces. El mal viene de las mentiras, de la traición, de tocar algo que no es tuyo, de envidiar, de hablar mal de alguien... Eso ya es el mal".
"De los mismos chicos que jugábamos o estudiábamos juntos, me voy enterando de que falleció aquel, que otro está en la cárcel... Y pienso 'qué cerca estuve", recordó el ex jugador de la SD Huesca.
Recordó el rosarino también cómo su mujer le ayudó a creer en el fútbol y en la oportunidad que le vendría después. Un nuevo obstáculo se ha puesto en su camino, pero el Chimy tiene fuerza de sobra para salir de esto y más.
"Es una lesión triste porque uno vive del fútbol pero, ¿y la gente a la que le falta una pierna o un brazo? A veces cuando estoy cansado de ir a rehabilitación, pienso en la gente que tiene que ir a hacer terapia para el cáncer. Lo mío es una miga del pan que se ha comido otra gente. Entonces, cada día me levanto con más fuerzas y más ganas porque de esto se sale. De tres o cuatro metros bajo tierra, no".