Rivaldo fue uno de los jugadores más importantes del mundo a finales del pasado siglo y comienzos del actual. Alargó su carrera cuanto pudo, pues su exquisita zurda siempre le permitió rendir a un excelente nivel a pesar de no tener ya nada de físico.
A su regreso a Brasil, el ex del Barcelona se convirtió en presidente del club en el que empezó su carrera, el Mogi Mirim de Sao Paulo. Como le picó el gusanillo, decidió volver a vestirse de corto, por lo que durante un tiempo fue presidente y jugador del mismo club.
No es algo habitual, como sí que ha sucedido con otros jugadores que han compaginado su labor en el terreno de juego con la de técnico en el banquillo, pero sí que nos dejó ciertas notas curiosas.
Como futbolista, Rivaldo llegó a alabar al técnico del equipo, Roberval Davino, al tiempo que lo criticaba por los malos resultados como presidente. Una particular -y entendible- 'doble moral' que acabó con la eventual destitución del entrenador.
El atacante pudo cumplir también el sueño de jugar con su hijo y llegó a marcar en el mismo partido que él. Un broche de oro perfecto para una dilatada carrera en la que dejó goles de todos los colores.