Carlos Bianchi no sólo es reconocido por su labor en Boca Juniors, sino que sobre todo es valorado por la gran epopeya lograda cuando estaba al mando de Vélez Sarsfield.
Corría el 1994 cuando comenzó a surgir una historia que todavía se localiza en la memoria de sus hinchas y de los amantes del fútbol argentino. El 'Fortín' se sobrepuso a Sao Paulo por penaltis en la final de la Copa Libertadores, y accedió así a la Copa Intercontinental.
El partido frente al A.C. Milán fue uno de los eventos más esperados del año, por lo que las expectativas y las ilusiones crecían al pasar los meses. Hubo que esperar al mes de diciembre para vivir ese intenso partido.
El 'Fortín' llegó a afrontar esta cita con todos sus jugadores a disposición de Bianchi, que conformaron un gran once inicial. El conjunto era liderado por José Luis Chilavert, arquero paraguayo que tuvo múltiples galardones a lo largo de su carrera y anotó decenas de goles.
Al resto del equipo lo completaban Héctor Almandoz, Roberto Trotta, Víctor Hugo Sotomayor, Raúl Cardozo; José Basualdo, Marcelo Gómez, Christian Bassedas, Roberto Pompei; José Oscar Flores y Omar Asad.
El encuentro fue muy disputado, y el marcador se inauguró al poco de comenzar el segundo tiempo. El defensor central Roberto Trotta, de penalti, anotó el primer tanto, mientras que el 'turco' Asad se las ingenió para fabricar una anotación sensacional, que abrió la ventaja y sentenció el partido.
El 2-0 fue fulminante para la escuadra italiana, que se hundió a manos de los héroes de Liniers. Otros futbolistas destacados como Sandro Guzmán, Flavio Zandona, Roberto Pompei, Patricio Camps, Claudio Husaín, Guillermo Morigi y Martín Posse aportaron desde la cancha o el banco de suplentes para superar a los 'rossoneri'.
Ese plantel es recordado por la valentía, el sudor, el sentido de pertenencia y el juego colectivo. Los seguidores de la institución no olvidan esos tiempos gloriosos, donde su amado club estuvo en la cúspide del fútbol mundial.