Santiago Solari salió airoso del campo de minas de Melilla, evitando la emboscada que le había tendido Luis Carrión en connivencia con la meteorología. La tromba de agua no hizo si no empeorar el césped del Álvarez Claro, un terreno que dejaba poco juego para el Real Madrid del técnico interino.
Bajo el escenario de lluvia y gradas supletorias, Vinicius se estrenaba como titular en el Real Madrid de la mano de Solari, quien tanto le había mimado en el Castilla y también debutaba al frente del primer equipo blanco. Enfrente, un Melilla henchido de ilusión, espoleado por una afición ávida de ser la revelación de esta Copa del Rey.
Arrancaron con brío los locales, sin complejos buscaban la portería de Keylor Navas, intentando explotar las dudas del flamante tricampeón de Europa. A lomos de Ruano e Igor Martínez, el Melilla pretendía intimidar a una zaga blanca plagada de novedades, donde no descansó Sergio Ramos.
Sin embargo, la gasolina apenas le duró 15 minutos a los locales, que tan pronto perdieron fuelle como el Real Madrid cogió las riendas. Asensio formó sociedad con Benzema y Vinicius, que, muy activo desde el costado izquierdo, comandó la mayoría de las ofensivas de los de Santiago Solari en un Álvarez Claro hasta la bandera.
No se había cumplido la primera media hora de juego, cuando Álvaro Odriozola aprovechó un fallo en la marca de Juanmi Carrión para apurar la línea de fondo y servirle en bandeja el tanto a Karim Benzema, que solo tuvo que empujar el balón al fondo de las mallas al adelantarse a los centrales del Melilla para abrir la lata.
Apretó la lluvia y también el Madrid, dando continuidad a la tromba de agua con una asedio sostenido sobre un Dani Barrio disfrazado de héroe en esta noche de Halloween, en la que solo Lucas Vázquez parecía jugar con balas de fogueo. Hasta tres ocasiones desperdició el gallego, alimentando la desesperación de la parroquia blanca.
No obstante, al carrusel de fallos de Lucas Vázquez le sucedió el bonito detalle de Vinicius con Asensio. Al filo del descanso, el brasileño le sirvió el 0-2 al mallorquín con una excelsa asistencia con el exterior que tenía escrito gol en todos los parches del balón.
Solari dio descanso a Sergio Ramos y Karim Benzema, que se quedaron en las duchas tras el paso por vestuarios, reubicando a Marco Asensio como '9'. Una probatura que tuvo un interesante rédito para el Real Madrid y bien podría ser una solución para el argentino ante la falta de gol y de efectivos.
De nuevo con aire en los pulmones, el Melilla arrinconó al conjunto blanco en el área de Keylor Navas. De nuevo, un cuarto de hora le duró la gasolina al conjunto azulino, que comenzó a acusar el cansancio al mismo ritmo que los 'merengues' retomaban el pulso al partido.
Con Vinicius desatado, el Real Madrid fue agrandando la leyenda de Dani Barrio. El guardameta del Melilla evitó una goleada mayúscula con un abanico de intervenciones providenciales en pleno 'show time' del brasileño, empeñado en encandilar a su afición y cuerpo técnico en su debut como titular.
En la recta final del encuentro, Odriozola culminó su reivindicación marcando el 0-3 y regalando el 0-4. Un gol y dos asistencias para el carrilero vasco, que vio como Lopetegui se inventaba a Nacho y Lucas Vázquez como laterales diestros para no alinearle ni ante el Viktoria Plzen ni en el 'Clásico'.
El Real Madrid aterrizó en Melilla herido, en novena posición en Liga con 14 puntos en diez jornadas, y, a pesar de tener enfrente a un rival de Segunda División B, Santiago Solari supo darle cuatro goles de sutura que, al menos, sirven para frenar la hemorragia.