Ocurrió en el Benito Villamarín. Minuto 89, Óscar Plano, a pase de Waldo, marcaba el gol de la victoria del Real Valladolid ante el Real Betis en la primera jornada liguera.
Ocurrió en el Santiago Bernabéu. Minuto 88, Sergi Guardiola, a pase de Óscar Plano, marcaba el gol del empate del Real Valladolid ante el Real Madrid en la segunda jornada liguera.
Dos goles en el último suspiro que permitieron sumar al Valladolid, contra todo pronóstico, cuatro puntos. Cuatro puntos que han venido como caídos del cielo.
Porque la petición de jugar hasta el primer parón (tres jornadas) lejos de Zorrilla para que no se repitiera el esperpento del pasado curso llevó a muchos blanquivioletas a temer el llegar a la cuarta jornada con un hermoso cero en el casillero de puntos.
Pero no será así. Porque el Vallladolid ya ha superado dos de sus tres salidas consecutivas, en campos en los que en la lógica no invitaba a creer que fuera posible sumar.
La Liga es muy larga, pero estos éxitos llenan de moral al Valladolid. Y evidencian dos cosas: que el equipo llega a los minutos finales en plena forma y que no tira la toalla.
Hace un año era al revés. Era al Valladolid al que se le escapaban puntos al final. Y, por ahora, los pupilos de Sergio han logrado darle la vuelta a esa fea costumbre. La pregunta ahora es, ¿hasta cuándo durará?