Tras la decepción en el Mundial de Catar en la eliminación de la Selección Española en un partido ante Marruecos en el que 'la Roja' acabó con solo un tiro a puerta pese a tener el balón en el 76,8% del tiempo, el combinado nacional dio un giro en el proyecto con la salida de Luis Enrique y la llegada de Luis de la Fuente, que venía de dirigir durante años de la Sub 21. Poco más en cuanto a bagaje cuantitativo que esos -muchos- años en el organigrama deportivo de la Federación en las inferiores. Un vértigo con el cambio en el banquillo que comenzó a desaparecer con el título de la Liga de Naciones y que ya casi pasa desapercibido después de los dos primeros partidos de la Eurocopa. España gana y convence, pero también luce ciertos aspectos tácticos, con nuevas variantes, que ayudan a que ciertos futbolistas marquen la diferencia.
Todos hablan este viernes del espectacular partido de Nico Williams, del gran hacer defensivo de Marc Cucurella o de los más que destellos de Lamine Yamal. La prensa extranjera piropea el juego vertical que ha adquirido la Selección. Y todo eso es cierto. Pero también lo es que el cuerpo técnico ha añadido varios retoques que han favorecido ese nuevo estilo. Más allá del cambio de sistema, España ve ahora de forma distinta la relación entre extremos y laterales. Llegaba a Alemania y se daba casi por hecho que Carvajal y Grimaldo serían titularísimos, pero la sorpresa llegó con la primera titularidad de Cucurella.
Repitió, y lo bordó, en el segundo. Igualó su partido con más recuperaciones (21) como profesional, según BeSoccer Pro -cuenta cualquier balón ganado tras posesión rival-. El segundo mejor registro en esta Eurocopa, solo por detrás de las 25 de Sutalo ante Albania. Y más allá de ese acierto individual y de su gran estado de forma, también encuentra cierta explicación en esa nueva variante en las bandas.
*Partidos con más recuperaciones en la trayectoria de Marc Cucurella
Para que dos extremos como Nico Williams y Lamine Yamal puedan brillar es esencial que tengan metros para encarar. Eso lo ha asimilado Luis de la Fuente, que pide mucha más tranquilidad a los laterales a la hora de doblar a su extremo. De ello se benefició especialmente ante Italia Nico Williams, que encontró muchas oportunidades para explotar su uno contra uno frente a un desesperado Di Lorenzo. Cucurella entendió muy bien su papel: era un constante apoyo metros atrás, una opción de reiniciar jugada si el atacante del Athletic no encontraba inspiración en el regate. El futbolista del Chelsea únicamente ocupaba ese espacio en profundidad, doblando a su extremo, cuando entendía que podía sacar ventaja.
Y esa menor afluencia de los laterales en el ida y vuelta favorece, evidentemente, que España sea un equipo muy sólido en la presión tras pérdida. Permite a los centrales arriesgar un poco más en sus marcas y, con los cuatro atrás más Rodri, siempre encuentra superioridad para ahogar los contragolpes.
Cucurella recuperó muchos balones por acierto individual, pero también por estar siempre bien colocado y perfilado. Le buscaron la espalda tanto Pellegrini como Chiesa, pero rara vez concedió espacios. Correcto en ataque, excepcional en defensa. Esa tendencia algo más posicional también reduce drásticamente las pérdidas. De hecho, tanto Cucurella (98%) como Carvajal (89%) fueron de lo más fiable en el pase durante el partido.
Evidentemente, para un nivel sobresaliente como el que ofreció Cucurella ante el equipo transalpino hace falta mucho más que entender y ejecutar una variante táctica. Su mérito es innegable, pero su estilo se acopla a la perfección a lo que quiere De la Fuente, al menos hasta ahora, de los laterales en esta Eurocopa. Es un perfil distinto al de Grimaldo, con mayor vocación ofensiva. Y que seguramente necesitará este equipo a lo largo del torneo en otros contextos de partido.