El uruguayo atendió a los medios tras el Mundial. Dirigió en Rusia la semifinal entre Francia-Bélgica y dejó unas palabras que valen para la 'Superfinal'.
"No me presiona para nada. No me tiembla el pulso ni siento ningún tipo de presión. Las presiones se dan naturalmente y en la cancha, no hay ocultas. Lo de los jugadores los sentís en diálogos, a veces te dicen 'siempre nos cobrás en contra' pero queda ahí", explicó.
Para Cunha, la profesión conllevan días como el que vivirá el próximo 24 de noviembre en El Monumental: "Un árbitro tiene que saber que va a recibir presiones y convivir con eso, estuve en canchas repletas de América, como en el Morumbí o el Maracaná, y nunca sentí presión. A mí esas cosas me motivan".
Así lo demostró recientemente en tierras brasileñas tanto con Boca como con River en esta pasada Copa Libertadores.
El charrúa se reconoció amigo de Pitana, árbitro argentino que pitó la final del Mundial y que también sonó para el River-Boca. "Somos amigos. Estuvimos mucho tiempo en Rusia. Fue muy emocionante cuando lo designaron para la final", concluyó.