El Milan no empezó con buen pie su segundo duelo de la Europa League de la temporada. Visitaba San Siro el Olympiacos griego, y el gol anulado a Samu Castillejo a los cinco minutos fue un anticipo del desastre que se avecinaba.
Porque a los 14 minutos, Miguel Ángel Guerrero, un viejo conocido del fútbol español, adelantaba a los de El Pireo, y ponía contra las cuerdas a un Milan que vio cómo se le caía en pedazos el plan.
Tocaba remar contracorriente, y el Milan se puso el mono de trabajo. Comenzó a buscar la meta rival con insistencia, pero sin recompensa. Con 0-1 se llegó al descanso, y el resultado se mantuvo un tiempo más.
Gattuso, al poco de comenzar el segundo tiempo, movió ficha. Sentó a Samu y Bonaventura, y metió a Çalhanoglu y Patrick Cutrone. La entrada del canterano se demostraría fundamental para el éxito 'rossonero', aunque la aportación del turco es también digna de mención.
Porque necesitó sólo quince minutos para ver puerta. Igualó el partido en el 70', tras recibir un pase de Ricardo Rodríguez. Le llegó entonces el turno de brillar a Çalhanoglu.
Seis minutos más tarde, con el Milan volcado al ataque, de sus botas salió el balón para que Gonzalo Higuaín, desde dentro del área, culminase la remontada con el segundo gol.
Dos mazazos para la moral griega. No levantó cabeza el Olympiacos, y Cutrone terminó asestando la última estocada a su rival en el 79', de nuevo a pase de Çalhanoglu. Tres goles en menos de diez minutos que voltearon completamente el partido.
No hubo mucho más para reseñar. El Olympiacos bajó los brazos y no logró inquietar al Milan. Y San Siro celebró esta remontada, tan importante como imprevista.