La fiesta estuvo en las gradas y no en el verde. Cataluña, en este caso el RCDE Stadium, vivió con pasión un nuevo encuentro de la Selección Española, que no jugaba en suelo catalán desde hacía 18 años. Aquella vez fue en Montjuïc. Sin embargo, el fútbol de 'la Roja' no fue agradecido con la marea española que se congregó en el estadio del Espanyol para animar a su país. Los chicos de Luis Enrique, con excesivos problemas defensivos y una falta de pegada reseñable, se valió de un Dani Olmo salvador para no defraudar a sus seguidores. Un tanto del mediapunta del RB Leipzig en el añadido de la segunda parte dejó la victoria en casa (2-1).
Luis Enrique apostó por un once que podría ser, salvo algunos puestos, el de gala. Confió en el binomio Gavi-Pedri como interiores y puso en valor la salida de balón de Pau Torres y Eric García para ser los titulares en la zaga. El sello de identidad de 'la Roja' fue patente desde el minuto uno. Dominio absoluto, control de la pelota, posesión paciente e inteligente y muchas llegadas frecuentes al área rival.
Los continuos desmarques de Ferran, por derecha, y Sarabia, por izquierda, fueron los primeros síntomas de que 'la Roja' se tomó el amistoso como lo que era: la primera piedra del 2022 de una construcción que finalizará, ya veremos cómo, en el Mundial de Catar de 2022. Fue Ferran Torres el que, con una gran acción individual, se quedó a punto de abrir la lata para su equipo con un derechazo al primer palo.
Albania se limitó a defender y a cerrar filas. Un trabajo sólido y bien ejecutado, aunque Gavi y Pedri, ocupando espacios en tres cuartos para desdibujar a la zaga rival, estaban empeñados en encontrar grietas en el adversario. Fue el de Los Palacios el que, dentro del área, sacó un zurdazo dentro del área antes de que se le echasen varios marcadores encima.
La línea defensiva, señalada
Los de Edoardo Reja apenas aparecieron por el arco de Unai Simón, pero cuando lo hicieron, la sensación era de peligro constante. Marcos Alonso fue el único en la defensa española que se salvó en un duelo en el que Carvajal, superado por su banda derecha, y, sobre todo, Eric García y Pau Torres cuajaron una actuación discreta y de la que hay mucho que extraer.
Se animó Pedri a disparar de la frontal tras un buen servicio de Sarabia, que inició la jugada después de recuperar la pelota en una presión rival. La tónica del primer tiempo fue una España 'tranquila' en el dominio ante una Albania 'consciente' de las flaquezas de su rvial. Así fue como los visitantes se quedaron a centímetros de hacer el 0-1 en la recta final del primer tiempo. Broja se marchó muy fácil de Pau Torres, otra vez poco contundente, y puso un centro a media altura al que no llegó Çikalleshi, que tenía la puerta vacía para él.
Con seis cambios a su disposición, Luis Enrique no quiso mover el banquillo en la segunda mitad. Rodri sacó coraje para enganchar un balón en la medialuna y mandar un trallazo al arco albanés, pero Bersiha, muy atento durante todo el encuentro, se quitó de encima el esférico para evitar el tanto rival. Pese a ese arreón inicial, España parecía apagada y con menos ánimo que en el primer tiempo. Animó a la afición Sarabia, a punto de hacer de media chilena el 1-0 tras un buen servicio con la cabeza de Álvaro Morata.
'Pinomanía'
La marea española que acudió a Cornellà para disfrutar de España no perdió la sonrisa. Se escucharon "olés" y se vieron las típicas 'olas', aunque esta felicidad no fue recíproca. Hasta que llegó Yéremy Pino, que cada vez que actúa con la Selección Española tiene más opciones de ser uno de los valores seguros de cara al Mundial de Catar de 2022.
Pocos minutos después de saltar al campo, el del Villarreal aprovechó el error en la salida de Keidi Bare para robar la cartera y filtrar un magnífico pase a Ferran Torres, que, solo ante Berisha, superó al meta de Albania con una sutil picadita y romper, por fin, el hielo en Barcelona. El azulgrana demostró, un día más, que su olfato goleador con la elástica de su país está lejos de toda duda.
Cuando más y más crecía la afición en el RCDE Stadium, Pau Torres culminó su aciaga tarde con un error defensivo que le costó el empate a su equipo. El central, al intentar despejar con la cabeza un balón dividido casi en su propia área, le dio a Uzuni y el rebote pilló descolocado a un David Raya que salió a destiempo. Una acción que dolió pero que no sorprendió después de ver continuas desconexiones defensivas a lo largo de todo el encuentro.
Hace un año, exactamente el 28 de marzo de 2021, Dani Olmo ya le salvó los muebles como lo hizo este sábado a su país. En aquella ocasión, su gol, en el 92', sirvió para que España ganase por 1-2 a Georgia en un encuentro clasificatorio para el Mundial. No fue tan vital el de este sábado, pero la capa de superhéroe fue la misma.
Y es que el mediapunta, que saltó al campo en el 64', recibió un balón dentro del área de Jordi Alba y levantó la mirada. Con un golpeo espléndido, mandó el esférico a la escuadra izquierda de Berisha y le regaló a los espectadores uno de esos golazos que aparecerán en el recopilatorio de mejores del año 2022. Una vez más, Olmo escondió las flaquezas de una España que necesita más, mucho más, para ir con aspiraciones reales de llegar lejos en la cita mundialista.