Los hijos de futbolista tienen varias ventajas. Para empezar, la genética. Para continuar, un apellido de esos que abren puertas. Si el muchacho es capaz de lidiar con la presión que eso supone, es cuestión de tiempo que sea un crack.
Daniel Maldini es el último de la saga. Tras Cesare y Paolo, le ha llegado el turno al menor de los Maldini. Juega en las categorías inferiores del Milan y ha demostrado tener mimbres de estrella.
Prueba de ello es el pedazo de libre directo que colocó en la escuadra en un partido de la Liga Primavera, la que disputan los juveniles de los equipos italianos.
12 de diciembre de 2018