Siguiendo con la tónica de equipo solidario, trabajador y certero que viene mostrando hasta ahora, el Espanyol se fue labrando una victoria que le arropa para dormir en Europa. Mereció el triunfo en todo momento aunque el Villarreal, por caprichos del fútbol, también pudo lograrlo.
Comandados por un Borja Iglesias tan activo como gafado en el remate de cara a puerta, los 'pericos' se hicieron dueños y señores del partido desde muy temprano. A ello contribuyó que exigieran un penalti no concedido por el VAR que sirvió para envalentonarlos y que dejó el primer gol antes del minuto 10.
En un gran contragolpe, Borja Iglesias demostró su solidaridad al cederle el balón a Hernán Pérez, que llegaba desde la segunda línea. Con una vaselina perfecta y sutil, el '17' desequilibró el marcador y animó a las gradas del estadio de Cornellà.
El mismo Borja Iglesias patrocinó casi el resto de las ocasiones de la primera mitad, pero no encontró un premio que rozó Fornals y que Marc Roca le privó en boca de gol tapando su remate. Ekambi sí que no falló y golpeó en el momento psicológico -justo antes del descanso- al Villarreal. El VAR estuvo analizando la jugada por un posible fuera de juego posicional, pero actuó a favor de los amarillos.
Timidez caduca
El gol fue un jarro de agua fría para los locales, que vieron cómo 45 minutos de superioridad absoluta no le sirvieron para ir por delante en el marcador. Un par de subidas sin mucho peligro motivaron al Villarreal y este se vio capaz incluso de conseguir los tres puntos.
Pero llegó la justicia y lo hizo de la mano de Darder. El '10' del Espanyol rompió las tablas en el minuto 79' gracias a un potente disparo de la frontal ante el que Asenjo no pudo hacer nada. Ahí, el partido ya volvió al lugar en el que debía estar y Piatti aprovechó la bajada de brazos visitante para sentenciar con la puntilla en una transición rápida al borde del final.