De Abu Dabi a Brest

"En Bielorrusia no se habla de otra cosa. Maradona, una leyenda, en el Dinamo de Brest. Los aficionados aún no se lo pueden creer", comentó a Efe este viernes Alexandr Hleb, ex jugador de Barcelona y Arsenal.

Maradona firmó esta semana un contrato por tres años con el Dinamo, donde se encargará de consultar a los trabajadores del club en materia de fichajes y en otros aspectos organizativos del club.

El 'Pelusa' ha jugado y trabajado en muchos lugares del planeta fútbol, pero Brest no es Abu Dabi, donde Maradona trabajó durante los últimos meses.

En esta histórica ciudad de menos de medio millón de habitantes y que se encuentra a escasos kilómetros de la frontera polaca no hay ni pizca del lujo. Todo es sobriedad, estrellas comunistas y realismo socialista.

Brest es un lugar sagrado para todo aquel que nació en la URSS -como el Álamo norteamericano-, ya que en su fortaleza varios miles de soldados soviéticos resistieron durante una semana el asalto del Ejército alemán en junio de 1941.

"Maradona nos dijo que nunca había trabajado en Europa, sólo en Argentina y en los Emiratos. Le hablamos de nuestro club, de los planes de futuro, se lo pensó y aceptó el desafío", señaló a Efe el lituano Valdas Ivanauskas, director general del club.

El equipo local tiene una historia de 60 años, pero sólo tiene en su haber dos copas bielorrusas, aunque puede sumar una tercera si derrota el sábado en una nueva final al Bate, el mejor equipo del país.

"Sabíamos que tenía otras ofertas, pero cuando dejó el Al-Fujairah decidimos tentarle. Queremos ser no sólo el mejor club bielorruso, sino mucho más que eso. Puede compararnos con el Zenit ruso. Si no hubiera perspectivas, Maradona no hubiera aceptado", explicó.

El directivo de origen lituano destacó que Maradona "tiene una gran experiencia en el mundo del fútbol" y, lo que es más importante, "un aura y un carisma increíbles".

Por ello, consideró que la llegada del astro argentino a Bielorrusia "será un plus tanto para el Dinamo como para todo el país".

"Yo creo que es una operación de relaciones públicas. Hay mucho dinero de por medio. Será algo muy bueno para Bielorrusia, pero no creo que venga a trabajar a Brest. Sólo vendrá de visita", insistió Hleb.

El mejor jugador de la historia de Bielorrusia destaca que la nueva directiva del Dinamo de Brest "ha hecho mucho en los últimos tiempos para popularizar el fútbol al crear una academia, organizar torneos, encontrar patrocinadores e invitar a técnicos extranjeros".

"Tenemos muchos recursos financieros, pero no le voy a decir quién es nuestro patrocinador", admitió a Efe Ivanauskas.

La prensa bielorrusa informa que uno de los principales accionistas del club desde hace dos años, SOHRA, se dedica a exportar el principal producto industrial de este país, la maquinaria pesada.

Además, SOHRA, que se dedica a vender, entre otras cosas, camiones de gran tonelaje MAZ a los países del Golfo Pérsico, tiene sus oficinas centrales en Dubai.

"Con respecto a las funciones de Diego, lo hablaremos cuando me reúna con él en Abu Dabi para su presentación oficial el 22 de mayo. Lo que es seguro es que vendrá a Brest justo después del Mundial", agregó.

En cambio, Hleb está convencido de que "no vendrá más de dos o tres veces al año".

"Vendrá después del Mundial, todos querrán hacerse una foto con él. Posiblemente se reunirá con el presidente, Alexandr Lukashenko, y dirá que nuestro país es fantástico", comentó.

El ex barcelonista, que apura sus últimos meses de carrera en el Dinamo de Minsk, cree que la historia de Maradona "es bonita, pero es irreal".

"Algunos creen que Diego hará algo bueno para Bielorrusia y otros creen que no hará nada. Yo apoyo al Dinamo de Brest, pero nada más", asegura.

En respuesta, el Dinamo responde que "Diego no tiene problemas de dinero", por lo que no vendrá a Bielorrusia con la única intención de hacerse de oro.

Sea como sea, Hleb, que jugó con Leo Messi y Thierry Henry, cree que "hay pocos como Maradona" en la historia del fútbol.

"Lo conocí cuando vino al vestuario del Arsenal. Fue un gran honor. Hizo lo mismo cuando yo estaba en el Barcelona", recuerda.