Escocia guarda desde finales del siglo XIX la leyenda de Nessie, un ser mitológico catalogado de monstruo que supuestamente hospedaba el lago Ness. El animal legendario lleva décadas haciendo temblar a los escoceses más crédulos, pero este lunes hubo un monstruo más hambriento que se comió a todo el país.
Kevin de Bruyne regaló una de sus mayores exhibiciones con la camiseta de Bélgica. Sin el lesionado Hazard, la estrella que le eclipsa, sobre el campo, el '7' asumió la responsabilidad de portar el brazalete y dio la razón al ranking FIFA de selecciones que cataloga a la suya como la mejor del mundo en la actualidad.
Aupados en Glasgow, los escoceses comenzaron plantando cara y haciendo bien todo lo que les correspondía, pero en el fútbol no vale con no equivocarse. Bélgica saltó inspirada, tocada por la varita de su capitán, y el 'show' comenzó sin haber llegado al primer cuarto de hora.
En una transicón de menos de diez segundos y solo cuatro pases, Lukaku estrenó el marcador y la realidad golpeó a los escoceses. Chadli, Mertens y De Bruyne, este último dando el pase final, crearon una contra perfecta para que el flamante delantero del Inter alargara su estado de gracia.
Escocia intentó hacer como si nada hubiera pasado y esa valentía les mató. En un tramo de seis minutos, y con los engranajes belgas totalmente engrasados, Vermaelen remató a placer un centro templado al área de De Bruyne y Alderweireld hizo lo propio cabeceando un centro exquisito del capitán desde un saque de esquina.
La segunda mitad tuvo poco de una Bélgica que ganó los tres puntos antes del descanso y se dedicó a aguantar, a no cansarse demasiado. Fue el turno para que Escocia mostrara el espíritu revolucionario de William Wallace y Courtois hiciera acto de presencia. El guardameta blanco tuvo poco trabajo, pero lo supo solventar.
Los últimos minutos fueron una sucesión de intentos de De Bruyne para cerrar el partido con un gol. Mertens se la dejó dos veces en la frontal, pero finalmente fue Lukaku quien pudo asistir al monstruo, que firmó el 0-4 con un disparo de rosca al palo largo.
Esta vez fue un 'diablo rojo' el monstruo que asustó a toda Escocia. A diferencia de Nessi, este sí apareció y las consecuencias fueron devastadoras para un país que, con seis puntos y a falta de cuatro jornadas, prácticamente tiene imposible el segundo lugar. Bélgica, por su parte, solo deberá sumar de tres otra vez para asegurarse estar en la Eurocopa.