Es en los últimos meses, desde mediados del pasado año, cuando los futbolistas han visto una y otra vez cómo sus casas eran asaltadas. Algunas veces incluso con personas dentro.
La forma de actuación de los ladrones se repite: el jugador está fuera de casa o bien jugando o bien en un desplazamiento, momento que aprovechan para entrar en las casas para robar dinero y objetos de valor.
Casemiro fue el último jugador de fútbol en unirse a una lista que se está haciendo cada vez más larga. El centrocampista fue titular en el derbi contra el Atlético y se enteró después. En la casa estaban tanto su pareja como su hija. Afortunadamente no sufrieron ninguna secuela física.
Suele suceder que en España se produzca en Madrid o en Barcelona, al menos los conocidos. El pasado 8 de junio fue Álvaro Morata el que vio cómo le robaban en su casa mientras jugaba con España ante Islas Feroe.
Solo cuatro días después fueron tanto Zinedine Zidane como Isco las víctimas de esta nueva ola de crímenes. Pero no solo se queda en Madrid. Arthur también sufrió un robo en su casa.
Kevin-Prince Boateng, Sadio Mané, Thiago Silva, Jordi Alba o Roberto Firmino han sido otros futbolistas que han visto cómo, en los últimos meses, sus casas han sido asaltadas.