El gran partido respondió a la expectativa y no le faltó de nada. los 'neroazzurri' completaron una gran primera mitad, sin premio de cara al gol. Este llegó tras el descanso, aunque eso solo supuso el principio del 'show' del 'Pipa'.
A falta de Cristiano Ronaldo, Higuaín se puso el traje de hombre decisivo. De CR7 a GH7. El primero de sus 'high lights' tuvo lugar en el minuto 74, cuando igualó la contienda en un contexto complicado.
Lo intentó en acción personal dentro del área Dybala, pero perdió el cuero. Ahí estaba con la caña el argentino, quien no pudo rematar a la primera, aunque sí a la segunda, de zurda, en un reverso, y con algo de fortuna al tocar la bola ligeramente en un defensa.
Minutos después, los jugadores del Atalanta reclamaron penalti por una bola que dio en el brazo izquierdo de Emre Can, aunque en un rebote tras tocar en su pierna izquierda. Tras minutos de incertidumbre, el colegiado Rocchi tuvo que acudir al monitor a revisar la acción. Ahí entendió que el contacto fue involuntario.
Cuando los locales intentaban reponerse, Cuadrado se ayudó del brazo para llevarse un balón que se convirtió en la génesis del 1-2. Prosiguió el colombiano, quien celebró su reciente renovación con un pase al corazón del área para que Higauín, oportunísimo, rematara a placer para remontar y dar un zarpazo hacia el 'Scudetto'.
Celebraba el 'Pipa', se comían los de Gasperini al árbitro por no pitar esa mano, pese a que el VAR chequeó la acción.
Además, en el minuto 92 tejió una buena contra para que Paulo Dybala abriera más ventaja y sentenciara tres puntos valiosísimos.