Una de las mayores humillaciones que se recuerdan al Barça quedará por siempre en la historia del fútbol. Nadie olvidará lo que pasó hace casi tres meses en Lisboa, en Champions.
El Bayern le metió una paliza vergonzosa al cuadro azulgrana (2-8) y dejó una herida abierta en el barcelonismo, algo que quizá nunca llegue a cerrarse del todo.
Esa noche trágica hubo jugadores que entraron en una lista negra para salir del club en verano, entre los que se encontraban Piqué, Jordi Alba y Busquets.
Estos tres jugadores, que forman parte de las vacas sagradas del equipo, pasaron de ser transferibles a ser imprescindibles con el nuevo entrenador, Ronald Koeman.
El diario 'AS' señala que, pese a sus errores, el técnico holandés ha contado con ellos más que con otros futbolistas y los tiene como si fueran unos privilegiados.
Asimismo, la citada fuente destaca que Koeman ha sido capaz de dar un toque de atención a Griezmann o Ansu Fati antes que a Piqué o Alba.
En el caso del '3', que suma 630 minutos hasta la fecha, cometió un error infantil en la goleada al Ferencvaros y lo expulsaron. Tampoco olvidar la acción con Neto, que lo terminó de liar, aunque eso no quita que el brasileño protagonizó una cantada asombrosa.
Por su parte, Alba, que se lesionó ante el Sevilla, volvió en el 'Clásico' y apenas se dejó ver al igual que contra el Alavés. De hecho, el ex del Valencia, que lleva jugados 501 minutos, fue uno de los sustituidos.
Y ya por último, Busquets, con 534 minutos de juego, era básico en el equipo de Koeman hasta que en Mendizorroza dejó su sitio a Pjanic porque no estaba bien físicamente.