Aunque Griezmann no está desentonando en el Barcelona, lo cierto es que se esperaba mucho más del francés. Tal es el nivel de desencanto con él que hay quien ya le ve como posible moneda de cambio en el verano.
Según el diario 'Olé', el Barça no se opondría a su venta en unos meses, siempre y cuando llegue una oferta de, como mínimo, 100 millones de euros.
Y es que el Barcelona necesita una renovación, y para llevarla a cabo hay que hacer caja, sacrificando por el camino a uno de los fichajes más caros de su historia reciente.
De hecho, según 'Sport', se contempla la posibilidad de que Griezmann sea usado como parte de un trueque con otro equipo, situación que inevocablemente invita a pensar en Neymar.