El bajón de este Eibar no tiene buena pinta. El club ratificó a Mendilibar hace semanas, pero la realidad es que el equipo 'armero' adolece de un jugador que tire del ataque cuando no está Bryan Gil. Y su ausencia se volvió a notar una barbaridad.
Por primera vez, en Ipurua se habla de la última posición. La dinámica es tan mala que, pese a los tan solo cuatro puntos que separan al Eibar de la permanencia, parece la mar de complicado. Este sábado quedó demostrado que al equipo no le llega.
La realidad es que el Levante se llevó un triunfo monumental haciendo no demasiado. Sin quitar mérito a los de Paco López, cuya temporada es excelsa una vez más, pero la incapacidad ofensiva del Eibar marcó el devenir del choque.
Al Levante le bastó con aguantar el tipo y defender su ventaja en un segundo tiempo cómodo. Porque hasta el final el Eibar no despertó realmente, hasta entonces todos los centros laterales de Pozo, Inui y cía se esfumaban por el área de Aitor Fernández. Sin remates, sin coordinación, sin fe...
El dominio de la primera parte fue para el Levante, que desde el principio buscó ese punto de electricidad que le diera algo distinto al pasar zona de tres cuartos de campo. Se hizo con la posesión frente a un Eibar más embotellado, y encontró el premio al filo del descanso.
Una buena jugada desde la izquierda permitió a Clerc poner un centro raso al corazón del área, desde donde De Frutos fusiló a Yoel, sustituto de un lesionado Dmitrovic, en el añadido de la primera parte. El objetivo, cumplido para los de Paco López, que lucharon por aguantar esa ventaja en el resto del encuentro.
Hizo por dominar el Eibar en el segundo tiempo, pero le faltó fuelle. Solo cuando se vio con el agua al cuello reaccionó, y lo hizo a través del balón parado. Varios saques de esquina permitieron al cuadro vasco embotellar a un Levante cómodo que no sufrió en ningún momento.
Kike García tuvo el empate en el 89' con un testarazo que se fue lamiendo el palo, pero ni por esas. El Eibar cae derrotado en su feudo, donde más fiable era y necesita una revolución para salir de la estacada en la que le ha dejado De Frutos. El Levante sigue a lo suyo, con la seriedad por bandera.