Países Bajos comenzó este domingo la Eurocopa con presencia 'culé' en su XI titular. Principalmente fue De Jong el que llevó la bandera del Barcelona contra Ucrania y el foco desde la Ciudad Condal se puso sobre él, que está llamado a ser un centrocampista de época y a dejar un legado importante en el Camp Nou.
No defraudó el ex del Ajax, escuela 'cruyffista', y fue uno de los más destacados entre los pupilos de De Boer. Trabajó tanto defensiva como ofensivamente y volvió a demostrar por qué la escuadra catalana confió en su proyección de futuro. Fue un dolor de muelas para unos Ucranianos que lo sufrieron por todo el verde.
Sus continuas arrancadas con el balón en los pies y sus precisos (y preciosos) pases para romper líneas volvieron a elevarlo a esa categoría en la que a un futbolista se le tacha de 'crack'. Continuó con las buenas sensaciones logradas en su segunda temporada en el Barça, con el que dejó un primer curso algo más pobre en cuanto a rendimiento.
El otro ojo de la afición azulgrana estaba en Depay. Aunque su fichaje aún no es oficial y parece que todavía se alargará, como muchos compañeros podría ocurrir al finalizar la Eurocopa, el del Lyon es protagonista de numerosos rumores que lo acercan cada vez más al cuadro dirigido por su compatriota, Ronald Koeman.
Aunque fue de más a menos en los 90' contra los ucranianos, Memphis tiró de galones en la zona ofensiva neerlandesa e ilustró sobre el campo la gran movilidad que posee a la hora de colocarse en tres cuartos. Cuajó una gran primera parte, en la que fue protagonista por varios pases claves, entre ellos una asistencia a Weghorst con la que el del Wolfsburgo estuvo muy cerca de abrir la lata, que también evidenciaron su gran calidad a la hora de mover la pelota.
En los segundos 45', Depay se desinfló y no igualó las prestaciones anteriores, pero volvió a ser de lo más destacado de Países Bajos. Él y De Jong copan los focos azulgranas neerlandeses de la Eurocopa.