La historia de Samed Yesil es la de aquel jugador que rompe récords como adolescente y luego no acaba triunfando en el mundo del fútbol. De esos casos ha habido muchos en la élite europea, pero pocos tan extremos como el de este futbolista alemán. Con 27 años, se encuentra jugando en el DJK Teutonia St. Tönis de la Oberliga, la Quinta División de Alemania.
Para él, que solo entrena tres días por semana y trabaja en la fábrica de filtros de aire del presidente, no está todo dicho. "Es una liga amateur, pero es buena para ponerte en forma y mejorar. Estoy seguro de que, si juego 30 partidos y marco 15 o 20 goles, volveré a jugar en ligas mejores", explicó a 'The Athletic' con fe de poder triunfar en el mundo del fútbol aún pese a su edad.
Apodado Gerd por el recientemente fallecido Gerd Müller e internacional con Alemania en categoría Sub 17 y Sub 19, se hartó de marcar goles en ambas mientras seguía creciendo en las categorías inferiores del Bayer Leverkusen a finales de la primera década del siglo.
Yesil llegó a ser incluso máximo goleador del Europeo Sub 17 de 2011 y segundo máximo goleador del Mundial Sub 17 del mismo año. Jugó con Emre Can o Vlachodimos, contra Depay, Sterling, Aké... Estaba llamado a brillar de la mano de los más grandes, pero no pudo ser.
"El presidente de mi nuevo equipo me ha dado un trabajo en su empresa. Tengo que intentar construirme una vida para después del fútbol en caso de que no llegue a jugar otra vez en las ligas profesionales", reflexionó el esperanzado futbolista.
Una lesión cambió todo
El Liverpool pagó un millón de libras (algo más de millón y medio de euros) en 2012 para hacerse con sus servicios, pero una serie de lesiones le amargaron la existencia y terminó marchándose en 2016 por la puerta de atrás. Eso sí, llegó a vestirse de corto en dos ocasiones como 'red' y pudo jugar en Anfield, un privilegio reservado en el mundo del fútbol solo a los más grandes.
"Siempre soñé con jugar en Inglaterra, aunque pensé que lo haría con 25 o 26 años. Solo supe que iba a jugar en el Liverpool cuando mi agente me enseñó los billetes de avión en el aeropuerto", recordó Yesil.
Un 3-1 con la Sub 19 de Alemania ante la homóloga de Inglaterra, en la que jugaban Sterling o Adam Morgan, hombres de primer equipo, le cambió la vida en Melwood: "Desde entonces, me dijeron que entrenaría con el primer equipo". Había hecho dos goles y había dado el otro, pero aquello no iba a ser el presagio del éxito.
Al revés, en una nueva convocatoria con la Sub 19, se rompió el cruzado de la rodilla derecha: "Aquel partido se jugó en césped artificial. Hice un mal movimiento y me hice daño, pero incluso acabé el partido. Los médicos no vieron nada raro. Entonces, regrese a Liverpool y, a los 20 minutos de estar entrenando, no pude seguir por el dolor. Me había roto el ligamento cruzado anterior de la pierna derecha".
Yesil intentó volver lo antes posible para recuperar el tiempo perdido y recayó de la lesión, lo que le tuvo diez meses parado tras una nueva operación, esta vez en Alemania. Para entonces, ya había perdido completamente el tren del primer equipo en Anfield.
La cesión al Luzern, pese a que arrancó bien, terminó en fracaso. Llegó libre al Panionios y, pese a una buena temporada 2017-18, no pudo dar continuidad a su estancia en Grecia porque no le pagaban. "Decían que en enero y hasta octubre o noviembre no pagaron nada". El club desapareció.
Volver a Alemania, como siempre que le había ido mal, fue su decisión. No tuvo continuidad en el Uerdingen de la Tercera y tampoco en Turquía, un último intento a un nivel profesional en el Ankara Demirspor de Segunda. De ahí se fue al Homberg de la Regionalliga para la última temporada, aunque no ha encontrado la paz hasta que bajó una división más, hasta el DJK Teutonia St. Tönis, para este curso. Todo parece perdido, pero él concluyó la charla con confianza: "No he acabado mi carrera. No me he rendido. Tengo 27 años y mi objetivo es volver a ser el que fui. Creo que si me mantengo en forma lo puedo hacer".