Comienza caliente el Grupo F de la Champions League. El Brujas sorprendió al Zenit tomando el Estadio Krestovski de San Petersburgo con un gol en el añadido y de líneas milimétricas obra de Charles de Ketelaere.
Lo cierto es que todo parecía destinado al empate a despropósitos. Pudieron entrar ocasiones de todo tipo, sin embargo, no se puede dar otro nombre a los goles que mantenían las tablas hasta el último suspiro.
En Europa, el Brujas no es ni mucho menos un equipo acomplejado y lo muestra con su valentía en cualquier escenario. A priori parecía superior el conjunto ruso, curtido en bastallas de todo tipo, pero este llegó a sufrir contra los belgas en un duelo igualado.
Pese a las llegadas, el marcador no se movió hasta la segunda mitad. Fue en el 63', en la primera de las carambolas: el rebote en el defensa evitó que el balón saliera por línea de fondo y Emmanuel Dennis tuvo que empujar a gol después de hasta tres rechaces en el área pequeña.
Y si llamativo fue el gol del Brujas, el del Zenit no se quedó atrás. Lovren probó un disparo desde lejos que se estrelló en el palo y tocó en la espalda del guardameta Horvath, que se quedaba abatido.
Pero el portero belga se acabó llevando una alegría, como todo el Brujas, en el 93'. Una buena combinación del equipo de Philippe Clement, al borde del fuera de juego, acabó en el pase de Vormer y el gol de Charles de Ketelaere, de solo 19 años. Su estreno goleador en Champions no pudo ser más dulce.