La Juventus de Turín sigue mandando en la Serie A y eso reina por encima de todo. Si hubiera perdido o empatado, otro gallo cantaría y más porque De Ligt se hubiera puesta de nuevo en el punto de mira.
El central cuajó una actuación suficiente que pudo quedarse en un suspenso si el árbitro hubiera visto una mano clara en una de las últimas jugadas. El holandés respiró hondo.
Fue en un centro cuando el defensa se tiró con todo, le dio al balón y este golpeó en un brazo que se le quedó atrás, por lo que el árbitro tuvo que recibir la información de la sala de VAR.
Lo consideraron mano involuntaria a pesar de las quejas de los jugadores del Bologna y De Ligt acabó esbozando una sonrisa, sabiendo de lo que se había salvado.
Del central se espera mucho más todavía, ya que en partidos como ante el Nápoles no estuvo a la altura. Sarri mantiene la paciencia y le está dando minutos al ver que crece, pero poco a poco.