Es pronto para decirlo, necesita continuidad, pero parece que Coutinho vuelve a pisar por terreno firme. Su fútbol transmite otra cosa diferente a lo que mostrada en el Camp Nou. Ha pasado de deprimido a activo. Quizá esa nueva confianza le llevó a estrenarse.
De hecho, hubo mucho de autoestima en su tanto. Él mismo forzó el penalti en torno a la hora de juego ante el Köln y él lo transformó. Como el partido estaba ya encarado, su nuevo socio, Robert Lewandowski, le dejó tirar el lanzamiento.
Y lo tuvo que hacer por dos veces, ambas con resultado satisfactorio. En su primera elección, apostó por un tiro suave por el centro de la portería. Aguardó a que el meta fuera al suelo para definir. Sin embargo, un compañero había pisado el área antes de tiempo, así que hubo que repetir golpeo.
El segundo fue infinitamente mejor. Tomó una 'paradinha' al estilo de su compañero Neymar y, con el interior del pie, puso la bola cerca de la escuadra derecha, imparable para Horn.
Corrió a la banda, saltó al aire y movió con rabia su puño. Su primera celebración fue el gesto de un corazón con las manos. Y, sobre todo, una tremenda sonrisa que vuelve a lucir. Y que ya había mostrado en la primera mitad merced a un gran destello en la jugada del 1-0.