De ser duramente menospreciadas a jugar el soñado Mundial

Hacía veinte años que la Selección Femenina Italiana no participaba en la Copa del Mundo y esta hazaña, conseguida oficialmente el 8 de junio, fue celebrada este jueves con una rueda de prensa ofrecida en Roma por la seleccionadora, Milena Bertolini.

Al comentar este brillante resultado, Bertolini se acordó de las palabras del entonces directivo de la FIGC Felice Belloli, quien en una reunión privada de dirigentes del fútbol en marzo de 2015 definió a las jugadoras italianas como "cuatro lesbianas".

Sin rencor y con la mirada puesta en el proceso de crecimiento de su selección, Bertolini subrayó que esas afirmaciones terminaron dando efectos positivos, pues animaron a la FIGC a tomar medidas significativas para fortalecer el fútbol femenino.

"A veces de lo negativo sale algo extremadamente positivo. Desde ese día la Federación ha hecho algo realmente importante, dio un cambio con decisiones fuertes, como obligar a los clubes a tener sectores juveniles femeninos", destacó la seleccionadora.

De hecho, tras muchos años de inmovilismo, la FIGC promovió en 2016 una regla en su código deportivo que obliga a los clubes italianos a incorporar cada curso a al menos veinte chicas menores de doce años para sus canteras.

Fue un paso significativo para empujar el desarrollo del movimiento y, en este sentido, también cabe destacar el trabajo realizado por los grandes clubes italianos, que invirtieron en la creación y promoción de sus equipos femeninos.

El hecho de que la Juventus, la Fiorentina o la Roma tengan su equipo femenino es algo de máxima importancia para Bertolini, ya que permite a las niñas crecer con el sueño de vestir un día la camiseta del club al que alientan.

Sin embargo, Italia todavía tiene mucho trabajo por hacer para forjar una cultura del fútbol femenino, algo que en países como Estados Unidos, Suecia o Alemania ya ha entrado plenamente en la tradición deportiva.

"A nivel normativo, las reglas de la Federación permiten a las chicas jugar tranquilamente al fútbol. Pero vivimos un problema cultural, el fútbol en Italia es visto como un deporte masculino y nuestra cultura no anima a las niñas a jugar al fútbol", destacó Bertolini.

Pese a que se trate de chicas y mujeres, en Italia hay tendencia a referirse a ellas con palabras de género masculino, como "entrenador" o "míster", algo que dificulta la aceptación de masa de este deporte.

"Mis jugadoras me llaman con mi nombre, Milena, algunas me llaman 'míster'. No me gusta 'míster', algunos tienen esta costumbre. Otros dice que el público es el 'duodécimo hombre' en el campo. Hay que cambiar esto porque la terminología forma el pensamiento", subrayó.

A pesar de esto, Bertolini, que ofreció la rueda de prensa en la sede romana de la prensa extranjera junto al comisario extraordinario de la FIGC, Roberto Fabbricini, y al director general del mismo organismo, Michele Uva, tiene claro que Italia logrará superar dichas barreras.

"El proceso ha empezado y ahora solo se puede mejorar, no vamos a volver atrás", afirmó Bertolini, alegando que el mérito de esto es de todas las personas que siguieron trabajando lejos de los focos mediáticos en los años pasados.

Los resultados de los últimos tiempos favorecerán este proceso, con una Italia que, tras el fracaso de la selección masculina, que no consiguió clasificarse al Mundial de Rusia, podrá empujar el próximo año a su seleccionado femenino.

Los datos de audiencia registrados el 8 de junio, cuando Italia ganó 3-0 a Portugal para sellar el billete para la Copa del Mundo de Francia, han sido muy positivos, destacaron unos satisfechos Uva y Fabbricini.

En cuanto al objetivo con el que las jugadoras italianas viajarán a Francia, Bertolini reconoció que la intención es pasar al menos la primera ronda.

"Hemos empezado con un sueño, que era ir al Mundial, y lo hemos realizado. Ahora el sueño es hacerlo bien, pero tenemos que mejorar para competir con las mejores selecciones, como Estados Unidos, Brasil, Alemania, Canadá o Francia", declaró.