La baja de Messi, sumada a las posteriores de Luis Suárez y Ousmane Dembélé, no ha ayudado a que el equipo muestre su mejor cara en este comienzo liguero, pero sin duda, el problema azulgrana ha sido la fragilidad atrás.
El partido ante Osasuna fue un claro reflejo del 'necesita mejorar' que ha recibido el Barcelona en las calificaciones de estas tres primeras jornadas. Los dos goles podían haberse evitado con más concentración.
En el primero le faltó contundencia a Lenglet a la hora de evitar el pase desde el lateral que acabó llevando al gol... en el que Roberto Torres estaba prácticamente solo. Y en el gol del empate, el error fue de Piqué, que cometió un penalti evitable.
Sumado a que también recibió dos tantos en la visita del Real Betis y al que le condenó en San Mamés, se da por hecho que Valverde trabajará duramente en mejorar la defensa durante este parón... y es que los azulgrana no recibían cinco goles en los tres primeros partidos desde el año 2000.