Las expectativas en un futbolista joven no siempre son buenas. Cuando Hachim Mastour debutó, el mundo del fútbol estaba expectante de su figura, pero nunca llegó al nivel exigido.
Tras estrenarse con el Milan con solo 15 años, el centrocampista alternaba el primer equipo y el filial, pero después cambió de destino y puso rumbo al Málaga.
En el conjunto malagueño solo disputó un partido, por lo que su periplo fue menos que inexistente. Luego, comenzó su gran decadencia.
Aterrizó en el PEC Zwolle, de Países Bajos, con el que sumó 15 encuentros y logró una asistencia, para luego volver a sus orígenes. Regresó a Milán para militar en las categorías inferiores del cuadro 'rossonero' con 19 años.
Jugó únicamente dos partidos, cuatro menos que en su siguiente club, el Lamia, (Grecia). En la 2018-19, el Reggina se hizo con sus derechos y este lo mandó al Carpi, equipo de la Tercera División Italiana.