Prácticamente 35 años han pasado desde el histórico encuentro entre España y Malta. Aquel fue el vivo ejemplo de la 'furia española', ese fútbol de testiculina que tan venerado fue en el país hispano y a la larga tan pocos éxitos dio a la Selección Española.
Aquel encuentro, celebrado en el Benito Villamarín, puso a España en la Eurocopa de 1984 de Francia, como también podría clasificar para las semifinales de esta Liga de Naciones el España-Inglaterra de este lunes en el coliseo verdiblanco.
Aunque las diferencias son notables. Mientras a 'la Roja' le vale el empate -con matices- en la noche de este lunes para estar en las semifinales de la competición, en el 12-1 tuvo que darse una paliza histórica para que España sacara el billete a la Eurocopa de Francia.
Era un fútbol diferente, en el que sólo las ocho mejores selecciones se clasificaban a la Eurocopa. Lejos de las 22 que estuvieron presentes en la última Eurocopa, que curiosamente también se disputó en el país galo.
Tal vez por ello, la Fase de Clasificación fue mucho más complicada de lo que ahora acostumbra a ser. En el mismo grupo de España estaban Irlanda, los Países Bajos, Islandia y Malta. Y España prácticamente no había fallado. Había disputado siete partidos, había ganado cinco, había empatado uno y había perdido otro.
A las victorias en casa ante los Países Bajos (1-0), Irlanda (2-0) e Islandia (1-0), los dirigidos por Miguel Muñoz le habían unido una derrota en suelo neerlandés (2-1), un empate en Irlanda (3-3), y dos ajustadas victorias en Islandia (0-1) y Malta (2-3).
El combinado 'oranje', por su parte, había vencido en su país a España (2-1), a Irlanda (2-1), a Islandia (3-0) y a Malta (5-0) y había sucumbido fuera ante España (1-0), empatando ante Islandia (1-1) y ganando ajustadamente a Irlanda (2-3). A Malta, como en casa, la goleó con facilidad a domicilio (0-6).
La última oportunidad
De cara al 21 de diciembre de 1983, España llegaba con un partido menos al encuentro, con la obligación de ganar por once o más goles a Malta, que salía con la única idea de defender para evitar una goleada.
Pese a que falló un penalti, España se adelantó pronto, en el minuto 16 (Santillana), pero Demanuele empató en el primer tiro de Malta a portería. Aún en la primera parte llegarían dos tantos más de Santillana, pero el resultado esperado, con todavía nueve goles por marcar, se antojaba imposible de cara a la segunda mitad.
Tras el descanso, Poli Rincón comenzó con su recital y tres goles suyos y otros dos de Maceda pusieron el 8-1 a falta de 25 minutos. Quedaban cuatro tantos y todo se complicó para España cuando en el 75, a falta de un cuarto de hora, seguían faltándole a España los cuatro goles.
En el 76', Santillana anotaría su cuarto tanto y el 9-1 y, sólo dos minutos después, Rincón haría también su cuarto tanto y el 10-1. A España le quedaban dos goles para entrar en la historia, que serían sólo uno con el tanto de Manu Sarabia a diez minutos del final.
Por aquel entonces, Malta sólo se defendía, perdía el tiempo y echaba el balón directamente fuera. Señor, a seis del final, hacía el 12-1 y metía a España de una tacada en los libros de historia y en la Eurocopa de Francia, que los españoles finalizarían en segunda posición.
De vuelta a este 15 de octubre de 2018, casi 35 años después, España regresa una vez más al campo verdiblanco -repitió allí hasta 12 veces más en este tiempo- y lo hace con una nueva clasificación en disputa, esta vez a las semifinales de la Liga de Naciones, nueva competición creada por la UEFA.
A diferencia del 21 de diciembre de 1983, 'la Roja' tiene la clasificación en la mano y, con un triunfo, podrá presumir de clasificación a las rondas finales del torneo. Incluso un empate podría servirle a los de Luis Enrique para sellar su clasificación, toda vez que sólo una combinación imposible evitaría su pase a las rondas finales. Vamos, que salvo sorpresa, el Benito Villamarín volverá a ser talismán para España 35 años después.