El Bayern de Múnich ni tuvo que sudar para poner un pie y medio en semifinales ante una Lazio que le puso voluntad, pero que evidenció grandes carencias.
Casi cómico fue el 0-1, que llevó el sello histórico de Robert Lewandowski, en tanto que también se recordará siempre el 0-2. Jamal Musiala, que debutaba en eliminatorias y no tiene ni 18 años, fue el encargado de encarrilar el choque.
Mientras la Lazio mostraba su impotencia con constantes ataques que terminaban en nada, el Bayern de Múnich confirmaba su favoritismo en cada llegada.
Tremendamente efectivos estuvieron los bávaros tras su tropiezo liguero ante el Eintracht. El 0-3 llegó tras un nuevo error imperdonable de la defensa celeste. Se hizo un lío con el balón Patric y Coman lo aprovechó para poner la directa. El tiro del galo lo salvó Reina, pero no pudo hacer nada el meta español para evitar la diana de Sané, que llegó sin marca y anotó a portería vacía.
El propio extremo fue protagonista también en el cuarto. Tras el descanso, Sané explotó toda su velocidad y calidad al contragolpe. Rompió a Patric y su pase de la muerte no lo pudo despejar Acerbi y se lo metió en propia puerta.