Sus continuas lesiones han marcado, hasta el momento, su paso por el Barcelona. El club azulgrana pagó una millonada al Borussia Dortmund por un muchacho de apenas veinte años, y eso le puso un extra de presión para el que no estaba preparado.
Debutó como azulgrana con una asistencia, pero al tercer partido se rompió. Y comenzó su calvario. Cuando volvió, se le vio con miedo a volver a hacerse daño. Parecía un cervatillo recién nacido. Las críticas fueron feroces.
Su Mundial no ha sido para tirar cohetes, pese a que Francia se proclamó campeona del mundo por segunda vez en su historia, y a su vuelta a Barcelona no se habló de otra cosa que de su posible salida.
Pero en la Supercopa de España, Osumane Dembélé acudió al rescate de los suyos con un golazo para quitarse el sombrero. El mejor Dembélé había vuelto cuando más se le necesitaba.
Pese a no hacer un partido espectacular (fue hasta gris en algunas fases), Dembélé acabó siendo uno de los héroes de la noche. Y las críticas se volvieron alabanzas.
Pero hay que ser justos con él. Ni ha jugado tan mal como se ha dicho, ni ha merecido las feroces críticas que se ha llevado. Porque aún habiendo jugado sólo 26 partidos como azulgrana (24 oficiales), Osumane Dembélé ha firmado unos números bastante notables.
Para empezar, en esos 24 partidos oficiales ha anotado cinco goles y dado siete asistencias (que serían seis y siete si contamos también los dos partidos no oficiales jugados, la Supercopa de Catalunya contra el Espanyol y un amistoso de post-temporada en Sudáfrica).
Dembélé ha jugado 1.215 minutos de juego. Sale a gol o asistencia cada 100 minutos, aproximadamente. Un fuera de serie como Leo Messi marca o asiste de media cada 70 minutos. Suárez lo hace cada 74 minutos. Coutinho, cada 95.
Sí, la diferencia con Messi y Suárez es abismal, pero no lo es tanto con otros 'recién llegados' como Coutinho. Y esas cifras las ha firmado sin ser titular, habiendo estado lesionado mucho tiempo y habiendo recaído.
Tampoco hay que dejarse llevar por la euforia. El rendimiento de Dembélé ha sido demasiado irregular, y ése es un punto que ha de trabajar muy en serio si quiere llegar a algo grande.
Ahora bien, toca preguntarse hasta dónde podría llegar si encontrase el equilibrio, la regularidad y las lesiones le respetasen. Si tras una temporada de idas y venidas tiene cifras de 'crack', ¿qué pasará si se asienta en la titularidad?