Arrancó el Barça de Koeman. Y lo hizo con un triunfo sobre el Nàstic del que se pueden sacar varias conclusiones, aunque hay demasiados asteriscos para que ni el resultado ni el rival sean demasiado de fiar.
El técnico neerlandés dispuso un once titular más que serio para su primer test. Messi, Dembélé y Griezmann comandaron el ataque, con el debut de Pedri como otro aliciente. Sin alardes, pero mostró buenas maneras el ex de Las Palmas.
Apenas tuvo que esperar Koeman cinco minutos para ver su primer gol. Dembélé cogió un rechace en el área para allanar un camino que aún tendría menos piedras con el segundo tanto de la noche.
En el 17', un Griezmann con serios problemas desde el punto de penalti se quitó esa 'espinita'. Un agarrón a Piqué le permitió anotar el 2-0 desde los once metros tras haber fallado sus últimos tres penaltis con la Selección Francesa.
El dominio azulgrana solo dejó algún cuartelillo que aprovechó el Nàstic en momentos concretos. Uno de ellos llegó sobre la media hora de partido, cuando Bonilla, tras unos buenos minutos de los visitantes, batió a Neto con un buen zurdazo desde la frontal.
Messi fue de menos a más en los primeros 45 minutos y pudo marcar con un disparo que envió por encima del larguero. No le salieron algunas acciones individuales y parfecía enfadarle, en lo que siempre es una buena señal en un profesional.
Otro Barça, otro partido, Coutinho y Trincao
Llegó el descanso con el 2-1 y Koeman revolucionó el equipo. Tanto que sacó un once completamente nuevo.
Trincao y Coutinho fueron los nombres más destacados de esa segunda alineación en la que también llamaba la atención Konrad, un canterano que ya fue llamado por Setién en alguna ocasión.
El brasileño celebró su regreso al Barça con el 3-1, uin tanto que llegó al transformar el segundo penalti de la noche para los 'culés'. Y seis minutos después, un gran pase de Trincao dejó solo a Konrad, que marcó de primeras pero vio cómo, al estar en fuera de juego, el gol no subió al tanteador.
El ex del Braga dejó muy buenas sensaciones en su debut como azulgrana. Se mostró eléctrico, con valentía y calidad para encarar y con esa chispa que hace diferentes a algunos jugadores. La misma que lució Riqui Puig en determinados momentos y que le siguen poniendo en la puerta que aspiran derribar todos los que salen de La Masia.
La recta final pecó de falta de ritmo, algo normal a estas alturas de la pretemporada de ambos conjuntos. Braithwaite tuvo tiempo para disfrutar y desperdiciar dos grandes ocasiones, Coutinho para intentarlo sin suerte de falta y Konrad para dejar buenas sensaciones arriba.
Al final, el 3-1 permaneció en el marcador pese a algún ataque honroso del Nàstic. El flojo nivel del rival en comparación a lo que se encontrará Koeman no debería ser tomado en cuenta, pero a nadie le amarga empezar con goles y buenas sensaciones en el primer día de trabajo.