El Martínez Valero vivió uno de los duelos más tensos y polémicos que se recuerdan. Las cosas claras: fútbol hubo muy poco. Todo lo contrario que a entradas, juego duro y, fruto de ambas, expulsiones. Elche y Mallorca se repartieron de todos los colores. Y también los puntos tras el empate a uno con goles de Ponce y Muriqi.
Para empezar, el choque, que estaba fijado para las 21.00 h, se retrasó media hora tras un enorme aguacero que sacudió a toda la ciudad. El terreno de juego quedó prácticamente inundado. Pero los pocos valientes que se congregaron las gradas tenían ganas de fútbol. Y así fue.
Sin tiempo para tomar asiento, Muriqi se aprovechó de un error de coordinación con la defensa de Josan y se quedó solo ante Edgar Badía. El kosovar no se lo esperó y acabó estrellando el esférico sobre el cuerpo del meta.
Pero apenas seis minutos más tarde, Ricardo Gómez, que después sería el verdadero protagonista del encuentro, decretó la pena máxima tras un pisotón de Bigas sobre Antonio Sánchez. Muriqi tuvo la oportunidad de resarcirse, pero de nuevo, Edgar Badía le adivinó la intención al delantero.
El ritmo del encuentro no decayó y la fiesta siguió adelante. En el primer acercamiento de peligro del Elche, Ponce se alzó por encima de su par y cabeceó de forma imperial un balón colgado desde la esquina de Gumbau para poner el 1-0 en el electrónico en el minuto 15.
El Mallorca se quiso reponer tras el gol, pero lo cierto es que los pupilos de Javier Aguirre no estuvieron muy afortunados esta noche. Lo que sí que comenzó a aparecer sobre el terreno de juego del Martínez Valero fueron las entradas a destiempo.
El Elche dio un paso atrás y los 'bermellones' increparon más a un Edgar Badía que se mantuvo excelso para mantener la ventaja inicial, al menos, hasta la segunda mitad.
Una segunda parte que comenzó con el mismo guion, pero que muy pronto se iba a convertir en un auténtico campo de minas. Gallego movió el banquillo y dio entrada al goleador ilicitano Lucas Boyé. Este, que aún tenía molestias y por eso no fue titular, se pasó de frenada y golpeó con la plancha a Valjent a la altura de su rodilla. Una acción que, en un primer momento, solo se quedó en amarilla, pero que tras la revisión del árbitro en el VAR, dictaminó la expulsión para el argentino.
La verdadera tormenta del Martínez Valero
Esto tan solo fue el comienzo de la locura. A partir de este momento, el fútbol desapareció por completo. Pocas ocasiones y muchas faltas, amarillas y tensión sobre el terreno de juego. En definitiva, la polémica estuvo servida en el Martínez Valero.
El encuentro entró en sus últimos 20 minutos y el Elche, en un ejercicio de fe y paciencia, consiguió mantener su ventaja. Sin embargo, todo cambió cuando en el 70', y tras acudir de nuevo al monitor, Pizarro Gómez señaló penalti.
Edgar Badía salió con todo y se llevó por delante a Raíllo. Muriqi se armó de valor y se dispuso a lanzar la pena máxima. Sin mostarse tocado por el fallo anterior, el kosovar mandó el esférico a toda la escuadra e igualó la contienda.
El Mallorca estaba totalmente volcado sobre el área rival en busca del tanto del triunfo. Pero en un gesto de torpeza, Muriqi golpeó a Pere Milla y el trencilla le mostró la cartulina roja directa.
Igualado el número de hombres, el marcador, y con barro ya en la tierra del 'Coliseum', la batalla continuó. Pero ya no hubo más goles, tan solo cartulinas y un largo añadido que llevó el encuentro hasta los 100 minutos. Y lo que es peor aún, la dura y triste realidad para un Elche que sigue sumido en lo más hondo de la clasificación y todavía no conoce la victoria en lo que va de Liga.