Respira el RB Leipzig, pese a haber hecho los deberes, tarde y mal. Pero los ha hecho, y se ha asegurado (finalmente sin tener que depender de un favor del PSG) la tercera plaza con su victoria ante todo un Manchester City.
A favor de los alemanes jugaba el hecho de que su rival en esta última jornada no tuviera nada en juego, pero Guardiola no especuló. Su once tenía toda la pinta de ser de gala, salvo por el ocupante de la portería: Steffen en lugar de Ederson.
Por lo demás, un once temible (con un banquillo plagado de chavales, eso sí). Y un equipo que demostró que, pese a tener la primera plaza asegurada, iba a intentar ganar este partido.
Y, efectivamente, los de Guardiola le pusieron ganas, dominaron durante prácticamente todo el partido, aunque de cara a gol no estuvieron finos. Les faltaba ese punto de tensión que sí tuvo su rival.
La primera parte fue espectacular. Con el City dominando el ritmo del partido y con el RB Leipzig amenazando a su rival a la contra, sin conceder apenas. Cada uno jugó sus cartas, y el espectáculo estuvo servido.
Cada llegada al área de uno de los dos tenía como respuesta otro acercamiento en la contraria. Y conforme los minutos pasaron, el City empezó a jugar más y más en el campo rival, sin dejar cruzar al RB Leipzig siquiera la línea divisoria.
Hasta que en una llegada aislada, Laimer filtró un balón para la carrera de Szoboszlai y el húngaro, tras superar a Steffen, hizo el 1-0 que aseguraba, hiciera lo que hiciera el Brujas en París, el tercer puesto a los de la bebida energética.
El gol no cambió la actitud del City, y tampoco la del RB Leipzig, que a punto estuvo de hacer el segundo, en el 26', solo dos minutos después del primero, tras un tiro desde dentro del área de Forsberg.
El City volvió a volcarse al ataque, una vez digerido el tanto, y merodeó el empate, aunque la madera se lo negó. Al filo del descanso, Foden se topó con el poste con un tiro fuerte, a media altura, cruzado, en busca del palo largo. Gulacsi lo rozó lo justo para evitar el gol.
El guardameta húngaro fue protagonista una vez más antes del descanso, al detener un libre directo de De Bruyne que se cantó casi como gol en el banquillo visitante, ante el silencio sepulcral en las gradas del RB Arena, vacías por culpa de la pandemia una vez más.
La segunda parte siguió estos mismos derroteros. Además, al dedillo. Porque el City, que había metido a Sterling, uno de los pocos 'adultos' que tenía en el banquillo, estaba más volcado si cabe hacia la meta rival, y el RB Leipzig marcó en prácticamente la única que tuvo.
Fue en el 71', tras una pérdida de Stones. Forsberg se la dio a André Silva mientras Szoboszlai reclamaba una falta sin balón, y el delantero luso definió ante Zinchenko y Steffen para hacer un cómodo 2-0 que prácticamente dejaba más que encarrilada su clasificación como tercero.
Mucho tenían que cambiar las cosas para que peligrase ese tercer puesto. Porque con el Brujas cayendo en París, al RB Leipzig le valía cualquier resultado, hasta la derrota. Derrota que el City se empeñó en infligirle a toda costa.
Logró recortar distancias el conjunto 'sky blue' en el 76', con un centro de Zinchenko que remató en plancha de cabeza Mahrez en el segundo palo, pero sus esperanzas se esfumaron cuando a Walker le saltó el relé en el 83', y sin venir a cuento le soltó un patadón por detrás a André Silva que le costó la roja directa.
Expulsión que, además de dejar al City con uno menos este partido, le costará, como mínimo, la ida de octavos, aunque viendo cómo está la UEFA castigando las agresiones, podría enfrentarse a varios partidos de sanción.
Ahí terminó el partido para el City. Con once no pudo anotar más que un gol a Gulacsi, con diez, y con sus atacantes cayendo una y otra vez en fuera de juego (seis le pitaron en total), el segundo tanto nunca llegó.
El pitido final hizo estallar de alegría al banquillo local. Les había tocado la pedrea en la lotería. No pudieron dar la sorpresa y mandar a City o PSG a la Europa League, pero al menos, y sobre todo viendo cómo había empezado la Champions para ellos, seguir adelante en Europa, aunque sea fuera de la Champions, no está tan mal.