La Federación Española reformará la Segunda División B para la próxima temporada y las consecuencias que tendrá, como la creación de la Segunda B Pro. Sin embargo, no había explicado cómo funcionaría. Sí lo hizo, en el medio riojano 'nuevecuatrouno', el director deportivo del Calahorra, Eduardo Arévalo.
Si esos planes terminan llevándose a cabo, la principal novedad empezaría con que cada uno de los cinco grupos de 20 equipos quedará a su vez dividido en dos grupos de diez y habrá una fase regular de 18 jornadas.
Una vez acabadas, habría otros tres subgrupos en función de los objetivos de ascenso y descenso. El primero sería para los aspirantes a ascender a Segunda. Estaría integrado por 30 equipos, los tres primeros clasificados de cada uno de los diez subgrupos. De aquí saldrían los cuatro equipos que subirían a Segunda; lo harían a través de una fase aún desconocida. Los 26 restantes, unidos a los cuatro que desciendan de la categoría de plata, serían los 30 primeros en integrar la novedosa Segunda B Pro de la campaña 21-22.
El segundo subgrupo sería el que jugaría por subir a la Segunda B Pro. Cuartos, quintos y sextos clasificados de cada uno de los diez subgrupos, un total de 30, jugarían entre ellos (también con un formato por conocer) y de ellos quedarían diez ganadores que se sumarían a los 30 previos para cerrar las 40 plazas de la nueva categoría.
Por último, quedaría el de los que se jugarían la continuidad en Segunda B. Pasarían a él los séptimos, octavos, novenos y décimos de los diez subgrupos iniciales. Se desconoce aún cuántos de ellos caerían a Tercera División. Los demás seguirían en la categoría de bronce en la 21-22, en la que ya sería oficialmente la cuarta del fútbol español.