Insólito lo que ha ocurrido en Serbia en las últimas horas. El árbitro Srdjan Obradovic fue detenido y acusado de "cometer un acto criminal y abusar de su posición" tras pitar un controvertido penalti en el Spartak Subotica-Radnicki Nis.
Con 1-0 para los locales, Obradovic señaló el punto de penalti por una acción que sólo el vio. Aparentemente, el arbitro entendió que un defensor golpeó el balón con la mano. El Spartak anotó, sentenció el partido y le quitó la última plaza de Europa League a su rival.
Horas después, la policía serbia informó de la detención de Obradovic, que ya había pitado otro penalti que sirvió para el 1-0. Los servicios policiales, de hecho, aseguraron que "favoreció al equipo de casa".
El ministerio del Interior de Servia señaló que el trencilla estuvo retenido durante 48 horas y, después de ese tiempo, se decidió que estuviera otros 30 días en prisión para así evitar que "influya en los testigos".