La normativa de la IFAB prohíbe al conjunto atacante posicionar a un jugador de su equipo en la barrera. Antaño se hacía para tapar aún más la visión al guardameta rival. Ante la prohibición, la treta.
Y es que el PSG puso una barrera compuesta por dos jugadores por delante de la del Rennes. El marcador, con empate a uno, se movió después de que el argentino mandase el balón a la escuadra.
Los dos futbolistas del PSG estorbaron a la barrera del Rennes, pues no pudieron ver con claridad en qué momento lanzó Di María. Ello provocó que no saltasen a tiempo para desviar el balón.
Con ese gol, el cuadro dirigido por Thomas Tuchel consiguió una nueva Supercopa de Francia, la séptima consecutiva y la novena en la historia del PSG. Todo ello con un Neymar que no celebró demasiado el tanto de la victoria.