En cuestión de dos años, Monchi le podría haber 'solucionado' al Barcelona su papeleta en la búsqueda de centrales. Hace dos veranos, el equipo azulgrna firmó a Clément Lenglet procedente del Sevilla. En unos meses podría repetir la operación con Diego Carlos.
Sucede que el Barça ha puesto sus ojos en el zaguero brasileño, que llegó esta temporada al Sánchez-Pizjuán procedente del Nantes en una nueva demostración de que su director deportivo tiene bastante controlado el mercado francés.
En julio de 2018, tras meses de insistente runrún, el club que preside Josep Maria Bartomeu abonó los 35 millones de la cláusula de rescisión de Lenglet. El central de Beauvais había completado un segundo año en el Sevilla mejor que el anterior. Por condiciones y juventud, el Barça no lo dudó.
Lenglet también vino de la Ligue 1, donde destacó desde joven en el Nancy. Ahora Diego Carlos también ha cautivado por su manera de desenvolverse en Nervión, aunque solo ha necesitado 25 partidos para ello. Eso sí, en esta ocasión la libertad del central es más elevada, cuesta 75 millones.
Sin embargo, en el Camp Nou cuentan con una bala en la recámara: incluir a Rakitic en la operación, puesto que los sevillistas andan muy interesados en repescar al croata.