Después de militar en la Real Zaragoza y el Leganés, Diego Rico hizo las maletas y puso rumbo a las islas británicas para fichar por el Bournemouth, club con el que disputó un total de 83 encuentros en tres temporadas, aunque él mismo reconoció que no ha sido su mejor experiencia. Luego, aterrizó en San Sebastían para vestirse la elástica de la Real Sociedad.
"Bueno, si un entrenador no te da esa confianza que te venden cuando se interesan por tu fichaje… pues no te encuentras cómodo. El clima y vivir solo es secundario. Porque tú vas a jugar a fútbol. La clave es que si el míster te dice una cosa y luego hace otra, como poner laterales derechos en la izquierda cuando yo estaba bien. Eso básicamente quiere decir que no confía en ti. Y cada vez que jugaba, pasara lo que pasara, el siguiente partido era suplente o el primer cambio, pues no estás a gusto", comentó para el diario 'AS'.
"Pedí al club que me dijeran qué pasaba, pero no decían nada. Y uno se cansa. El pasado verano ya tuve la opción de volver a La Liga a un grandísimo equipo, pero me dijeron que no, porque iba a ser importante. Y no lo fui realmente. Pero esto es el fútbol. Surgió la oportunidad de la Real, que es algo único, y le dije a mi representante que había que hacer lo que fuera para venir. Hablé con la gente del club como Imanol, Olabe y el presidente", continuó.
Por eso, para terminar, admitió que ha sido una buena decisión llegar al club donostiarra: "En el fútbol a veces pasa un tren y si no lo coges, luego ya o lo haces muy bien, o esa oportunidad no te vuelve a pasar. Gracias a Dios, se ha dado otra oportunidad con la Real que no quería dejar pasar. Lo que más destaco es el trato cercano que tiene todo el mundo. Desde el presidente hasta los compañeros. Desde que llegué me han tratado como si me conocieran de toda la vida, y la verdad que eso se agradece".