El Atanasio Girardot se vistió de gala. Independiente Medellín tenía la oportunidad de ganar una Copa Colombia 38 años después y no defraudó ante su público.
El mote de el 'Poderoso' nunca tuvo mayor significado. Y es que Deportivo Cali no tuvo ni media oportunidad ante los mazazos que soltó el cuadro antioqueño en la primera mitad.
Tras unos primeros compases en los que los dos equipos aún medían la resaca del choque de ida, al final fueron los locales los que hicieron valer los ánimos de su gente.
Deportivo Cali se tambaleó sobre el césped cuando Arregui mandó al fondo de la red un balón que quedó suelto dentro del área tras golpear en el poste.
El mediocentro fue un dolor constante. Siempre aparecía por la zona en la que menos se le esperaba y casi cada balón que pasaba por sus pies se convertía en peligroso.
Pero, si Arregui iba ganando el protagonismo, hubo otro que se encendió su propio foco. Germán Cano, en una final, no podía faltar a su cita con el gol.
El ariete se elevó sobre el resto para batir a Wallens. Parecía el punto final al partido y al trofeo, pero Deportivo Cali iba a vender muy cara su azúcar.
El paso por los vestuarios hizo mucho bien a los caleños. Su actitud cambió y lograron encerrar a DIM en su propio campo. Pero lo que no lograron arreglar fue su mala puntería.
Una tras otra, las ocasiones se perdían por los laterales de la portería. Los cambios tampoco arreglaron el problema. Al final, el tanto de Rosero en el tiempo añadido solo dio unas falsas esperanzas que nunca se cumplieron.
38 años después, Independiente Medellín volvió a conquistar una Copa Colombia, mientras que Deportivo Cali ahora tendrá que poner toda la carne en el asador para conseguir el trofeo de Liga y no irse de vacío.